Valle de Bravo, un municipio conocido por su presa Miguel Alemán, se enfrenta a una crisis hídrica que pone en riesgo el futuro de la región.
La Secretaría del Agua del Estado de México ha detectado, a través de imágenes satelitales, al menos 400 cuerpos de agua clandestinos, incluyendo lagos artificiales que retienen agua vital para la presa.
Sin embargo, la crisis hídrica en Valle de Bravo no se reduce únicamente a la presencia de estos cuerpos de agua clandestinos. Diversos factores como la pérdida de cobertura forestal, la falta de infraestructura necesaria, sumados a los altos números de extracción de agua y concesiones no supervisadas convergen en una tormenta perfecta que amenaza el futuro del municipio.
Se estima que en los últimos 20 años la presa Miguel Alemán ha perdido más del 60% de su capacidad, actualmente está se encuentra a solo 38.4% de su capacidad.
Valle de Bravo, dependiente al 100% del desarrollo turístico, se ve especialmente afectado por la escasez de agua, pero a pesar de su importancia para la economía local, los especialistas señalan una falta de valoración adecuada del agua en las políticas públicas; ya que el costo actual del recurso no cubre ni siquiera los gastos de suministro, y la infraestructura existente carece de la capacidad suficiente para la captación de agua pluvial.
La restauración de la infraestructura hídrica y la implementación de políticas que valoren adecuadamente el agua son imperativas. La viabilidad futura de Valle de Bravo como destino turístico y hogar para sus habitantes depende de la acción concertada para enfrentar esta crisis hídrica con determinación y urgencia.