Toluca arrastra desde hace décadas un problema silencioso pero grave: el robo consecuente de estatuas, bustos y placas de bronce que formaban parte del acervo cultural y urbano de la ciudad.
El bronce un material cotizado en el mercado negro. El precio va entre 90 y 130 pesos por kilo en chatarrerías y fundidoras. Esto explica porque esculturas de varios cientos de kilos resultan atractivas para quien las roba se funden y se revenden como simple metal, perdiendo así su valor artístico y cultural.
De acuerdo con registros municipales y medios locales, al menos 13 esculturas fueron robadas entre 2012 y 2019. En años recientes, la situación no mejoró:
En 2012 Sor Juana Inés de la Cruz: escultura de 300 kg y 2.3 metros de altura, en
2018 Don Quijote y Sancho Panza en la Plaza España fueron despojados de sus medallones históricos.
Para 2021 Gracia y Alegría, obra de Gogy Farías en el Parque de Los Cedros: 400 kg de bronce, robo que requirió de al menos 10 personas y maquinaria y 2023 en el Panteón La Soledad piezas de bronce y figuras emblemáticas sustraídas de mausoleos.
En total, hasta 2025 se estima que 20 placas y 8 bustos o monumentos desaparecieron durante la última administración, lo que suma pérdidas de más de 3 millones de pesos, según lo dicho en 2019 por el expresidente Juan Rodolfo.
Pese a la magnitud de los robos no existen reportes de detenidos. La mayoría de los casos quedaron en denuncias administrativas sin avances judiciales, mientras que las obras nunca fueron recuperadas.
El robo representa un daño económico y la pérdida de referentes culturales de memoria histórica para los habitantes de Toluca.