Charlie Kirk, activista político conservador y cofundador de la organización Turning Point USA, falleció hoy después de recibir un disparo durante un evento en la Universidad del Valle de Utah, confirmó el presidente Donald Trump a través de la plataforma Truth Social. Kirk tenía 31 años y su muerte ha generado conmoción en círculos políticos y académicos en Estados Unidos
Originario de Illinois, Kirk se convirtió en un referente del conservadurismo juvenil y del populismo de derecha en la era de las redes sociales.
Su participación política comenzó tras el movimiento Tea Party y se consolidó durante la presidencia de Donald Trump.
En 2012, a los 18 años, cofundó Turning Point USA, organización sin fines de lucro enfocada en movilizar a jóvenes votantes en campus universitarios e iglesias.
A través de esta red, Kirk se destacó como promotor de la agenda política de Trump y buscó influir en la campaña presidencial de 2024, especialmente entre los votantes más jóvenes
El incidente en Utah
El tiroteo ocurrió durante la primera parada de una gira de otoño que recorrería 14 ciudades estadounidenses. Kirk realizaba su dinámica denominada "Mesa de Demuéstrame que me equivoco", en la que invitaba al público a debatir sus posiciones políticas, cuando se escuchó un disparo.
Videos grabados por los asistentes muestran a Kirk recibiendo un balazo en el cuello, para posteriormente tocárselo y caer de lado al suelo entre chorros de sangre.
Reacciones y contexto personal
Tras el suceso, Trump y numerosos aliados de Kirk expresaron condolencias y llamados a la oración. Incluso algunos políticos que mantenían diferencias con él manifestaron su pesar.
Charlie Kirk estaba casado con Erika Frantzve desde 2021 y tenían dos hijos pequeños.
Su carrera estuvo marcada por la polémica y la influencia, convirtiéndose en un actor clave del conservadurismo juvenil en Estados Unidos.
La investigación sobre el tiroteo continúa abierta. Las autoridades locales aún no han divulgado detalles sobre el agresor ni sobre los motivos detrás del ataque.
Mientras tanto, su muerte plantea preguntas sobre la seguridad en eventos políticos y la creciente exposición de figuras públicas en campus universitarios