La vida consagrada de varones y mujeres en la iglesia católica es cada vez menor. Con el pasar de los años, diversas crisis han afectado a la cercanía de los feligreses y se ha dado un distanciamiento.
Pese a que el estado de México es una de las entidades con más creyentes de la fe católica, ha tenido un descenso considerable en el número de feligreses: del 2010 al 2020 el número de ateos pasó de 400 mil a más de un millón.
La crisis del catolicismo se ha visto reflejada en el número de hombres y mujeres que consagran su vida a la fe católica como sacerdotes y religiosas. El interés de los jóvenes por destinar su vida a las instituciones católicas es cada vez menor. Actualmente en el Seminario Diosesano de Toluca se están formando en la vida católica a 38 jóvenes en el seminario menor y 70 en el seminario mayor. Históricamente es una una cifra pequeña.
La pérdida del interés y de vocación religiosa se puede deber a las faltas, errores y anti testimonios, según reconocen las autoridades eclesiásticas. También a la vida ligera que ofrece la modernidad, que influye en la decisión de pertenecer a dichas instituciones lo que pone en riesgo al futuro del eje vertebral de la fe católica en la entidad.