La inseguridad es en la mayor preocupación de los habitantes del Estado de México.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2024 del INEGI, durante 2023, el 87.3% de la población de 18 años y más en la entidad se sintió insegura, lo que posicionó al Estado de México como el cuarto a nivel nacional con mayor percepción de inseguridad.
La inseguridad ha impulsado la demanda de sistemas de videovigilancia, que han dejado de ser un producto exclusivo para negocios o industrias y se han convertido en un gadget de consumo masivo.
En los últimos diez años, la demanda de estos dispositivos ha crecido en un 500%, reflejando la urgencia de la población por reforzar su seguridad en hogares, oficinas y espacios públicos.
De acuerdo con datos de la empresa de tecnología Dahua, en 2024 se estima que este sector alcanzará un valor de mil millones de dólares, con una proyección de crecimiento hasta los 1.28 mil millones de dólares en 2030.
El acceso a la tecnología ha hecho que estos dispositivos sean cada vez más accesibles. Actualmente, se pueden encontrar modelos básicos desde 700 pesos, mientras que aquellos con visión nocturna, detección de movimiento o grabación en 4K pueden alcanzar hasta 5 mil pesos.
La videovigilancia ya no es un lujo, sino una necesidad en un contexto donde la percepción de inseguridad sigue en aumento.