Dos décadas de estudios globales muestran una realidad difícil de ignorar: la violencia contra las mujeres se mantiene prácticamente intacta
Esta vez, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras agencias vuelve a poner números a un problema que atraviesa países, culturas y generaciones.
Según los datos recopilados en 168 territorios entre 2000 y 2023, 840 millones de mujeres -casi una de cada tres- han sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida.

La cifra, lejos de mejorar, apenas ha cambiado con el paso del tiempo
La violencia que empieza temprano
El informe subraya que los agresores más frecuentes no son desconocidos ni figuras externas, sino parejas masculinas. Solo en el último año, 316 millones de mujeres de 15 años o más sufrieron agresiones de este tipo. La violencia se manifiesta en empujones, golpes, abuso sexual y amenazas con armas.
Incluso entre adolescentes de 15 a 19 años, el problema ya está presente: 12,5 millones experimentaron agresiones físicas o sexuales por parte de su pareja en solo doce meses.

Pese a hablar de cifras enormes, el avance ha sido mínimo: desde el año 2000, la prevalencia se redujo apenas en 5%, lo que equivale a una disminución anual de apenas 0.2%. Para la OMS, el ritmo es tan lento que resulta "insuficiente para proteger a millones de mujeres en riesgo"
Violencia fuera del hogar
Por primera vez, el análisis incorpora datos más allá del ámbito de la pareja. Al menos 263 millones de mujeres fueron víctimas de violencia sexual perpetrada por familiares, conocidos, figuras de autoridad o desconocidos.
Aun así, la OMS advierte que todas las cifras podrían estar subestimadas: la estigmatización, el miedo y la falta de apoyo institucional desalientan a muchas víctimas a hablar.
El documento también alerta que conflictos armados, desplazamientos forzados y el uso de tecnologías para acosar o vigilar han ampliado los riesgos para mujeres y niñas en diversas regiones.

A pesar de la magnitud del problema, solo 0.2% de la ayuda global al desarrollo en 2022 se destinó a combatir la violencia de género, y esa inversión sigue a la baja. Para la OMS, los recortes en 2025 ya representan un golpe directo a organizaciones y servicios que atienden a víctimas
Dónde se concentra la violencia
Oceanía (sin Australia ni Nueva Zelanda) registra la prevalencia más alta: 57% de mujeres afectadas.
En América Latina, el promedio es de 22.8%, aunque algunos países superan ampliamente esa cifra: Bolivia (52.8%), Costa Rica (34.2%), Argentina (33.8%) y Colombia (29.8%). Además, Centroamérica encabeza las tasas de violencia sexual fuera de la pareja, con 23.3%.

La organización pide fortalecer leyes, invertir en sistemas de datos y recuperar el financiamiento para organizaciones que trabajan con mujeres. Según el informe, son estas redes locales las que sostienen la prevención y la atención diaria, aun cuando los recursos no alcanzan.