En México, la esperanza de vida promedio es de 75.5 años, casi seis años menos que el promedio de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), reveló un informe reciente sobre los sistemas de salud.
Esto significa que, mientras en naciones como Japón o Francia las personas suelen vivir hasta los 82 años, en México la población muere antes, en parte por la falta de acceso a servicios médicos y el incremento de enfermedades crónicas.
El documento indica que solo el 78% de los mexicanos cuenta con cobertura médica para un conjunto básico de servicios de salud. En la práctica, esto implica que casi una de cada cuatro personas no tiene acceso a consultas, tratamientos o medicamentos básicos.
Por ejemplo, un trabajador informal que no cotiza en el IMSS o en el ISSSTE probablemente debe pagar sus consultas de bolsillo, lo que muchas veces lo lleva a evitar acudir al médico.

En cuanto a la mortalidad prevenible, el estudio señala que México registra 243 muertes por cada 100 mil habitantes, cifra mucho mayor al promedio de la OCDE, que es de 145. Esto significa que miles de fallecimientos podrían evitarse con mejores programas de prevención y diagnóstico oportuno.
De igual forma, la mortalidad tratable, es decir, las muertes que se pueden evitar con una atención médica eficaz, es de 175 por cada 100 mil habitantes, mientras el promedio internacional es de 77.
El nivel de satisfacción con los servicios de salud también es bajo: solo un 56% de los mexicanos considera que hay atención médica de calidad, frente al 64% del promedio de la OCDE. En otras palabras, apenas la mitad de la población se siente conforme con los hospitales y clínicas del país, mientras que en otras naciones industrializadas la percepción es más positiva.
A pesar de estos rezagos, México muestra avances en algunos indicadores. El consumo de tabaco es del 8.5%, por debajo del 14.8% de la OCDE, y el consumo de alcohol también es menor: 6.2 litros por persona al año frente a los 8.5 litros del promedio. Además, solo el 28% de los adultos no realiza suficiente actividad física, cifra mejor que el 30% promedio de los países miembros.

Sin embargo, el país continúa rezagado en vacunación infantil y en la detección temprana de enfermedades. Solo el 78% de los niños está vacunado, mientras el promedio internacional es del 93%. En cuanto a la prevención del cáncer de mama, solo el 20% de las mujeres mexicanas ha sido examinada, frente al 55% en los países de la OCDE.
Otro de los grandes desafíos es la inversión pública en salud. México destina apenas el 5.9% de su Producto Interno Bruto (PIB) a este sector, muy por debajo del promedio de la OCDE, que alcanza el 9.3%. En términos de gasto individual, México invierte 1,588 dólares por persona al año, mientras el promedio de los países más desarrollados es de 5,967 dólares.
El informe concluye que, aunque México ha reducido algunos factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo de alcohol, aún enfrenta una alta carga de enfermedades crónicas, una mortalidad evitable elevada y una profunda desigualdad en el acceso a los servicios médicos.
Fortalecer el sistema de salud, aumentar la inversión y mejorar la prevención son tareas urgentes si el país quiere alcanzar los estándares internacionales en bienestar y esperanza de vida.