En un futuro no muy lejano, mantenernos frescos podría volverse tan urgente como conseguir agua o energía
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que, si no cambia la tendencia actual, la demanda mundial de refrigeración se triplicará para 2050, lo que dispararía las emisiones contaminantes y pondría en jaque a las redes eléctricas.
El aire acondicionado -que hoy parece una solución- podría convertirse en parte del problema: más aparatos significan más consumo energético, más gases de efecto invernadero y más presión sobre un planeta que ya se recalienta.

Una oportunidad para enfriar sin contaminar
El informe Global Cooling Watch 2025, presentado durante la COP30 en Belém, Brasil, plantea un escenario alternativo: una "Ruta de Refrigeración Sostenible" capaz de reducir las emisiones un 64% hacia mediados de siglo, o incluso hasta un 97% si se combina con una rápida descarbonización del sector eléctrico.
Esto sería posible mediante soluciones pasivas -como techos reflectantes, ventilación natural o diseño urbano que reduzca el calor- y sistemas de bajo consumo que sustituyan los refrigerantes contaminantes.

La adopción global de estas medidas podría generar ahorros de hasta 43 billones de dólares, evitando gastos energéticos e inversiones costosas en infraestructura eléctrica
Acción local y compromiso global
El movimiento Mutirão Contra o Calor Extremo, impulsado por la presidencia brasileña de la COP30 junto con la Cool Coalition, busca precisamente eso: convertir la refrigeración sostenible en una prioridad política y urbana.
Hasta ahora, 185 ciudades y 83 socios se han sumado, además de 72 países que firmaron el Compromiso Global por la Refrigeración.

Sin embargo, solo 54 naciones cuentan con estrategias integrales que combinen eficiencia energética, refrigeración pasiva y uso de refrigerantes limpios
El PNUMA llama a reconocer la refrigeración como un bien público esencial, especialmente en un mundo donde el calor extremo amenaza la salud, la productividad y la seguridad alimentaria.
Apostar por tecnologías sostenibles no solo reduciría las emisiones, sino que podría salvar millones de vidas y billones de dólares en las próximas décadas.
La pregunta es clara: ¿podrá el mundo enfriarse sin seguir calentando el planeta?