La adrenalina y el rugido del motor también se viven en los clubes de motociclistas, pero a diferencia de quienes convierten las calles en pistas de carrera, estos grupos promueven la seguridad, la disciplina y el respeto en cada rodada.
Para Mario Solís "Mayo", integrante del Motogrupo Biker's Laguna, la motocicleta representa más que un medio de transporte: es una forma de vida.
"Para mí la motocicleta representa mucha libertad, me encanta manejar en motocicleta, viajar en motocicleta, es una adrenalina que es incomparable, casi conozco todos los estados de la República".
A finales de 2023, Mayo emprendió un viaje de Torreón a Cancún en su Avenger 220. Recorrió los estados del Golfo y regresó por el centro del país, una experiencia que describe como una de las más enriquecedoras de su vida. "Me quedo con esa bonita experiencia de haber conocido esa bonita gente; en todas las ciudades conocí a algún motociclista independiente o a algún motoclub que me abrió las puertas de su casa".
Para estos motociclistas, la primera regla antes de salir a carretera es la seguridad. Cada viaje implica revisar su equipo, las condiciones mecánicas de la moto y respetar las normas viales. La meta es simple: disfrutar del viaje y llegar con bien a casa.
Además de promover el manejo responsable, los motoclubes también se suman a causas sociales. En el caso del Motogrupo Biker's Laguna, colaboran activamente con Café Atípico, una asociación que apoya a niñas y niños con autismo.
"Es una asociación de niños con autismo; hemos estado en posadas navideñas, ahora que fue el Día Internacional del Autismo y ahorita se está organizando una fiesta para Halloween", dijo Erik "Pipol" Ibarra, motociclista de Biker's.
En La Laguna se estima que existen más de 90 grupos de motociclistas. Frente a los accidentes y muertes derivados de los arrancones y la imprudencia al conducir, los motogrupos hacen un llamado a que los jóvenes se acerquen y conozcan esta otra forma de vivir el motociclismo.
"Los grupos están abiertos, las puertas están abiertas para todos. De hecho, aquí tengo conocidos y amigos que son repartidores y son miembros de motoclubs; en sus ratos libres han ido a rodadas y traen su mochila colgada del Didi o del Rappi", agrego "Pipol".
El mensaje de estos motociclistas es claro: la libertad no está en la velocidad, sino en la seguridad. Vivir la pasión por las dos ruedas, dicen, también implica respeto y responsabilidad. La verdadera libertad, afirman, está en llegar con bien a casa.