El asesinato de Mireya Rodríguez Lemus, activista por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+, ocurrido en septiembre de 2020 en Chihuahua, Chihuahua, sigue marcando a las defensoras trans en todo el país. En julio de este año, el presunto responsable fue puesto en libertad, pese a que la Fiscalía presentó más de 60 elementos de prueba en su contra.
Mireya mantenía una relación cercana con las integrantes de la comunidad trans de La Laguna, a quienes apoyaba ante las constantes detenciones que enfrentaban por ejercer el trabajo sexual. Su asesinato dejó una profunda huella entre las activistas del norte del país.
"Esta parte de que nos la asesinan, la encuentran muerta en su casa ya de días? fue una situación deplorable para todas nosotras porque no lo asimilábamos. Yo entré en pánico, me alejé de esta parte del activismo, dije: el día de mañana me va a pasar lo mismo a mí", contó Grecia Zúñiga Velasco, coordinadora de la colectiva TransLaguna.
Años más tarde, Grecia vivió en carne propia un intento de transfeminicidio. "A inicios de este año tuve una tentativa de transfeminicidio por parte de un miembro de la comunidad LGBT? él me agredió con un arma. Tuve seis heridas en mi cuerpo, cinco en mi brazo y una en el estómago. En esta ocasión estuvo a punto de perforar mi intestino", dijo.
Estas experiencias impulsaron a Grecia y a otras colectivas, como Transposición, a promover la Ley Paola Buenrostro en Coahuila. La iniciativa busca que se reconozca y sancione el transfeminicidio como un delito específico, sumándose al movimiento nacional liderado por la activista Kenya Cuevas, quien lucha por el reconocimiento legal de estos crímenes de odio contra mujeres trans.
"Gracias a Dios hoy estoy con vida y estoy luchando para que las mujeres trans en el estado de Coahuila tengan una ley que las ampare, para que al día de mañana un transfeminicida tenga ese pesar de tocar a una mujer trans, para que el peso de la ley le caiga", expresó Grecia.
Actualmente, el atacante de Grecia enfrenta el delito de homicidio en grado de tentativa y permanece recluido en un penal femenil, al identificarse como parte de la comunidad trans. Para Grecia, su caso refuerza la urgencia de contar con una ley que reconozca y sancione el transfeminicidio, y evite que personas ajenas a la identidad trans se amparen indebidamente en ella para evadir la justicia.