Colectivos de búsqueda peregrinan unidos para clamar justicia y esperanza

Con un profundo sentimiento de fe y un firme llamado a la justicia, agrupaciones de buscadoras y madres de víctimas de feminicidio se reunieron este viernes para participar en la ya tradicional caminata hacia el templo de la Virgen de Guadalupe, una actividad que se realiza desde hace seis años y que se ha convertido en un espacio de encuentro, memoria y resistencia para las familias.

La concentración comenzó en la Alameda Zaragoza, donde decenas de personas se dieron cita alrededor de las 17:00 horas. Desde ese punto avanzaron rumbo a la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el sector poniente de Torreón. El trayecto estuvo marcado por imágenes, colores y plegarias: grandes mantas con los rostros de desaparecidos, camisetas con fotografías de quienes aún no regresan a casa y fichas de búsqueda sostenidas con firmeza por madres, hermanas, esposas y amigos.

Las danzas tradicionales acompañaron el recorrido, dando un toque ceremonial al andar de quienes no han dejado de buscar a sus seres queridos. A un costado de las buscadoras caminaban las integrantes del colectivo Madres Poderosas, quienes portaban una enorme lona con los rostros de sus hijas víctimas de feminicidio, mujeres cuyas ausencias dejaron en orfandad a 67 menores que hoy forman parte de su responsabilidad colectiva.

Para María de la Luz López Castruita, del colectivo Voz que Clama Justicia por Personas Desaparecidas, la unión entre ambos movimientos es natural: "Compartimos un dolor que nace del mismo origen. Muchos casos empiezan como desapariciones y después son hallados sin vida. Por eso caminamos juntas, porque entendemos lo que significa esta lucha".

Explicó que la peregrinación representa para ellas un acto de esperanza y un puente espiritual. "Venimos a pedirle a la Virgen Morena que nos conceda el milagro de traerlos de vuelta, de darnos luz para seguir".

Por su parte, María Elena de la Fuente, integrante de Madres Poderosas, señaló que cada año acuden a encomendar el descanso de sus hijas y la protección de los niños que quedaron atrás. Subrayó que la cifra de menores afectados continúa creciendo, pues aún faltan por contabilizar casos recientes de feminicidio.

La caminata fue encabezada espiritualmente por el padre Édgar Sánchez, representante de la Diócesis de Torreón, quien ha acompañado a estos colectivos desde el inicio. Recordó que esta actividad busca fortalecer la unión entre los grupos y hacer visible ante la sociedad la magnitud de su causa y su dolor compartido.