El año pasado, durante una ola de calor en la Comarca Lagunera donde las temperaturas superaron los 44 grados a la sombra, apicultores detectaron un fenómeno alarmante: panales cuya cera literalmente se derretía por el intenso calor. En zonas con poco arbolado, la temperatura al sol puede elevarse drásticamente, acercándose a los 65 grados centígrados, punto en el que la cera de los panales comienza a fundirse.
Especialistas coinciden en que el cambio climático, la sequía y, sobre todo, el uso de insecticidas de última generación han sido los principales factores que han acelerado la desaparición de las abejas en los últimos tres años.
Toxicidad de los insecticidas afecta las colmenas
José Luis Reyes Carrillo, investigador de la Universidad Autónoma de La Narro, explica: "Son tremendamente tóxicos, son muy persistentes en el ambiente y cuando llegan a tocar a la abeja en dosis que no sean letales, la abeja lo acarrea a la colmena y cuando empiezan a alimentarse las crías, empezamos a notar esa pérdida de colmenas completas".
Por su parte, Arturo Pacheco Luna, apicultor y Médico Veterinario Zootecnista, agrega: "Aparte hay ya ciertos agroquímicos que ya están prohibidos, que está comprobado totalmente que están afectando a las colmenas. No es el caso de México, aquí seguimos usando todo".
Problema extendido a nivel nacional
La reducción en la población de abejas, que algunos productores estiman entre un 30 y 50 por ciento, no es un fenómeno exclusivo de la Laguna. Reyes Carrillo comenta que esta situación también se presenta en otras regiones:
"Acabo de estar en una reunión en Sonora y ellos están teniendo problemas hasta para completar las colmenas para polinizar las hortalizas de exportación. Con los apicultores de Delicias, que también estuve con ellos en enero, no completaron las colmenas para polinizar los manzanos de la sierra de Chihuahua".
Impacto del calor y perspectivas para 2025 y más allá
En la Laguna, la sequía y el calor intenso del año pasado afectaron la producción de miel, pues las abejas tuvieron que enfocar su energía en regular la temperatura de las colmenas más que en la producción o reproducción. Este año la situación ha mejorado en cuanto a clima, pero el uso constante de plaguicidas sigue siendo un problema a nivel global.
El investigador advierte que en México aún faltan estadísticas claras para medir con precisión el impacto en la población de abejas, pero señala que en Estados Unidos ya se ha observado un panorama preocupante: "Pero los americanos, que es el país de la estadística, dice que si ellos siguen al paso que van de la pérdida que han tenido para el año 2050 no les van a quedar colmenas tampoco en Estados Unidos".