El pasado 9 de noviembre, Miguel Riquelme, Gobernador de Coahuila, presentó su sexto y último informe de gobierno, abordando temas cruciales como el saneamiento de las finanzas estatales. Sin embargo, a pesar de sus declaraciones optimistas, persisten más incertidumbres que certezas, especialmente en lo que respecta al comprometido presupuesto.
Según el mandatario, se han realizado esfuerzos significativos para mejorar la situación financiera del estado. En sus propias palabras, "Pagamos en su totalidad los créditos a corto plazo y mejoramos la calificación crediticia del estado, actuamos con responsabilidad, pusimos a Coahuila por delante, nos abrimos al diálogo para construir un modelo sustentable" ?declaraciones capturadas en un video oficial.
No obstante, las cifras presentadas en el informe dejan ver otra realidad. Desde el presupuesto público, Riquelme destinó la considerable suma de 28 mil 723 millones 820 mil 624 pesos para el servicio de la deuda pública entre 2018 y 2023. Esto se traduce en un promedio anual de más de 4 mil 787 millones de pesos.
El saldo de la deuda a largo plazo, al cierre del tercer trimestre de 2023, apenas ha disminuido en 195 millones 559 mil 469 pesos desde el inicio del gobierno de Riquelme en 2018. En ese año, la deuda ascendía a 36 mil 274 millones 001 mil 864 pesos, y actualmente se sitúa en 36 mil 078 millones 442 mil 394.16 pesos.
El diputado local Rodolfo Walss subraya la persistencia del problema, afirmando: "La deuda no es historia, la deuda no es un tema histórico, diputada, ayer pagamos 12 millones de pesos, antier pagamos 12 millones de pesos y así sucesivamente durante los últimos 12 años" ?declaraciones reveladas en otro video.
Además, el último financiamiento a largo plazo indica que, a este ritmo de pago, la deuda no será saldada hasta el año 2050. Lo más preocupante es que, actualmente, se destina más presupuesto al servicio de la deuda que a la obra pública, contradiciendo las afirmaciones del Gobernador sobre la mejora de la estabilidad financiera del estado.
En resumen, a pesar de los esfuerzos anunciados por Miguel Riquelme para sanear las finanzas estatales, los números presentados revelan una realidad menos optimista. La deuda persiste, el presupuesto sigue comprometido y la estabilidad financiera de Coahuila parece estar en una posición vulnerable que podría extenderse hasta el año 2050 si no se toman medidas correctivas más efectivas.