Ley de Aguas redefine el control del recurso hídrico en México

La aprobación de la Ley General de Aguas y las reformas a la Ley de Aguas Nacionales reconfiguran el modelo de administración del agua en México. La iniciativa ha generado intensos debates entre Gobierno Federal, oposición y sectores productivos, e incluso provocó bloqueos carreteros en distintos estados en señal de protesta.

Con las modificaciones, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se convierte en la única autoridad encargada de regular el uso del agua en el país. Entre sus nuevas atribuciones se encuentran:  Otorgar concesiones, supervisarlas, modificarlas, revocarlas y reasignarlas.

Asimismo, la ley prohíbe la transferencia de concesiones entre particulares, eliminando el llamado mercado de derechos de agua, mecanismo que permitía comprar, vender o acumular concesiones, y que ha sido señalado como responsable del acaparamiento del recurso en algunas regiones.

Las concesiones que no se utilicen o se empleen de manera indebida deberán regresar al Estado para su reasignación.

La presidenta Claudia Sheinbaum defendió la reforma asegurando que busca evitar la sobreexplotación y garantizar el acceso equitativo al recurso. "Es para proteger el recurso natural, evitar su sobreexplotación y garantizar el derecho al agua; y dejar de ver el agua como una mercancía y verla como un recurso y como un derecho".

Desde la oposición, legisladores han señalado que la reforma abre la puerta a posibles abusos de autoridad y debilita la propiedad privada sobre los terrenos que dependen de una concesión de agua.

"Ustedes quieren acabar con la propiedad privada? sí hay despojo, sí hay robo, sí atentan contra la propiedad privada", dijo la diputada panista Paulina Rubio

Uno de los puntos que más polémica causó en redes y foros públicos fue el supuesto impedimento para heredar concesiones. La Conagua desmintió esta interpretación.

"No voy a poder heredar mi terreno con un título de concesión. Falso. Ha sido especificado punto a punto en la ley", señaló Efraín Morales López, Director General de la Comisión Nacional del Agua.

Más allá del debate político, la reforma implica un reto monumental para la Conagua, institución históricamente cuestionada por irregularidades en la supervisión, distribución del recurso y manejo de concesiones.

Con las nuevas reglas, el organismo deberá demostrar capacidad para garantizar un uso más transparente, equitativo y sustentable del agua en México.