El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, expresó su rechazo a la propuesta impulsada por el senador republicano Eric Schmitt para establecer un impuesto a las remesas enviadas desde Estados Unidos.
Tras un enfrentamiento con el legislador estadounidense, el senador mexicano reafirmó su compromiso de diálogo con las autoridades del país vecino para defender los derechos de los migrantes.
Durante la sesión de la Comisión Permanente, Noroña fue criticado por legisladores de oposición, quienes cuestionaron su postura sobre este posible impuesto. Incluso, la presidenta Claudia Sheinbaum hizo un llamado de atención por sus declaraciones, aunque el senador defendió su postura y denunció una campaña de descalificación en su contra.
"La oposición ha estado de insidiosa por una crítica que hice yo a que se pudiera aumentar el impuesto a las remesas", señaló el senador, al tiempo que reiteró que esta medida afectaría directamente a millones de mexicanos que viven en el extranjero y apoyan a sus familias con el envío de dinero.
Fernández Noroña aseguró que el establecimiento de un impuesto de este tipo sería una forma de doble tributación injusta, ya que las remesas provienen de ingresos que ya han sido gravados en Estados Unidos. Por ello, subrayó la necesidad de proteger a la comunidad migrante y promover un trato justo por parte del gobierno estadounidense.
En ese sentido, reiteró su voluntad de mantener una relación constructiva con el Senado, el Congreso y el Gobierno de Estados Unidos. "Extiendo mi mano y ratifico mi voluntad de diálogo con los 100 senadores y senadoras del Congreso de Estados Unidos", expresó ante el pleno.
El senador insistió en que la defensa de los derechos humanos de los migrantes mexicanos debe ser una prioridad para ambos países, y que ninguna propuesta legislativa debe atentar contra su bienestar económico ni su dignidad.
México es uno de los principales receptores de remesas en el mundo. Según cifras del Banco de México, en 2023 se recibieron más de 63 mil millones de dólares, la mayoría provenientes de Estados Unidos. Por ello, cualquier medida que limite o grave estas transferencias tendría un impacto directo en millones de familias mexicanas.