Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán, fue retirado el pasado lunes 14 de julio de la cárcel metropolitana de Chicago, en Estados Unidos, donde se encontraba desde su extradición en septiembre de 2023.
El movimiento se realizó días después de que se declarara culpable de cuatro cargos relacionados con tráfico de drogas y crimen organizado, como parte de un acuerdo con la Fiscalía estadounidense.
Tras su declaración, el Buró Federal de Prisiones eliminó su nombre del registro oficial de internos, lo que confirmó que ya no se encuentra bajo custodia carcelaria convencional. Autoridades federales han señalado que el exlíder de "Los Chapitos" fue trasladado a una ubicación secreta bajo un programa especial de protección para testigos, mientras colabora con las investigaciones sobre las operaciones del Cártel de Sinaloa.
El acuerdo judicial establece que Guzmán López deberá entregar información clave sobre la red criminal, incluyendo el tráfico de fentanilo y metanfetaminas hacia Estados Unidos. A cambio, podría obtener una reducción en su sentencia y evitar la cadena perpetua. Su sentencia formal está programada para enero de 2026, y deberá pagar además una multa de 80 millones de dólares.
Este movimiento ha generado reacciones tanto en Estados Unidos como en México. Mientras en territorio estadounidense se considera un avance en el combate al narcotráfico, en México surgen cuestionamientos sobre la falta de transparencia y la posible impunidad.
Analistas advierten que, aunque Ovidio haya abandonado la prisión, el Cártel de Sinaloa sigue operando con fuerza en diversas regiones del país.