En una región donde las oportunidades laborales son escasas, los despidos masivos en la maquiladora Delta Staff Nazareno han encendido las alarmas entre habitantes de 29 comunidades que dependen directamente de la planta. El temor de un cierre definitivo se extiende entre las familias, ante lo que representaría un golpe severo a la economía local.
Entre los casos más representativos se encuentra el de Patricia Rivas, madre soltera y extrabajadora de Delta Staff, quien laboró durante nueve años en la empresa. Según su testimonio, las represalias comenzaron luego de sumarse a la iniciativa para conformar el primer sindicato independiente dentro de la maquiladora.
"A mí ya no me pusieron en mi máquina de trabajo, me traían haciendo cosillas aquí y allá. O sea, básicamente como para que yo me fastidiara y yo renunciara. Sin embargo, no fue así. Yo seguí y seguí porque pues tengo que mantener a mi hijo todavía", relató Rivas.
La exempleada también denunció haber sido víctima de acoso laboral, negativa de permisos y vacaciones, además de malos tratos por parte de supervisores. Pese a haber presentado una queja formal ante el área de Recursos Humanos, asegura que no obtuvo respuesta.
"Me dio como que caí en depresión. Ya no quería ir, pero no. O sea, yo tenía que seguir trabajando por mi hijo (...) Hasta el día 15 de abril me hablaron de oficina que pasara y fue cuando me dijeron que, pues, por falta de producción estaba despedida", explicó.
Un caso similar es el de Amairani Fuentes, joven trabajadora que combinaba sus labores en la planta con sus estudios de Licenciatura en Derecho. También se sumó al movimiento sindical y, poco después, fue cambiada a una operación compleja que desconocía.
"Dos semanas antes me querían cambiar a una operación que yo no le sé, que es muy difícil. Él me quería obligar. En menos de media hora quería que yo aprendiera, cuando hay personas que tienen años en esa operación y ni a ellas les exigen eso", denunció Fuentes.
Ambas trabajadoras señalaron que, al momento de su despido, se les presentó un documento que las hacía parecer que renunciaban voluntariamente. Acudieron entonces al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, donde lograron recibir su liquidación correspondiente tras comprobar que se trataba de despidos injustificados.
Actualmente, Rivas y Fuentes respaldan las acciones del sindicato, que investiga lo ocurrido para presentar el caso ante las autoridades. Aseguran que no es la primera vez que se registran represalias similares en empresas vinculadas a la familia Bello, identificada por el sindicato como propietaria legítima de Delta Staff.
El caso se suma a una serie de denuncias que apuntan a un patrón de hostigamiento contra trabajadores que intentan organizarse y exigir el respeto de sus derechos laborales en la región.