El acceso a la cultura para los creadores en Coahuila es limitado. La insuficiencia presupuestal de la Secretaría y de los propios municipios hacen complicada la promoción del teatro, la danza, la música, entre otras artes.
"Hay muchas convocatorias que no llegan al gobierno del estado porque requieren de la participación de todos los ámbitos de gobierno y alguien no participa o el gobierno municipal o estatal y por lo tanto ese programa queda fuera", comentó Martha Chávez, artista y creadora escénica.
La privatización de los espacios destinados al arte, a través de patronatos, como son los casos del Isauro Martínez, Alfonso Garibay y el propio Teatro Nazas, complican la posibilidad de que creadores y creadoras locales utilicen sus instalaciones para presentar sus piezas.
"No hay gestores que sean especialistas y que puedan buscar programas nacionales o internacionales en los que puedan ellos jalar recursos y que podamos nosotros participar en programas que se puedan realizar a través de esos recursos", agregó Chávez.
Los gobiernos locales, estatales y federales tienen la obligación constitucional de generar las condiciones económicas y de infraestructura para promover la cultura, de tal manera que ésta sea accesible para toda la población, particularmente para la más vulnerable, sin embargo, el delegar los espacios a asociaciones civiles privadas está complicando el proceso.
"No hay vínculo entre los patronatos con la comunidad, yo no lo veo, lo vi hace años en el Teatro Nazas, ya no, no sé por qué", finalizó.
En Torreón, al menos tres espacios para creación escénica son administrados por patronatos privados que reciben donativos en efectivo porque dan la posibilidad, al benefactor, de deducir impuestos.
De acuerdo con el reporte de Donatarias Autorizadas de la Secretaría de Hacienda, el patronato del Isauro Martínez A.C, que administra el recinto que lleva el mismo nombre y el Alfonso Garibay recibió, en 2024, donativos por 4 millones 805 mil 893 pesos, el patronato del Teatro Nazas A.C 7 millones 906 mil 709.
El recurso disponible para la promoción de la cultura en Torreón y en toda la entidad está cooptado por la estructura burocrática. Los patronatos bajan dinero a través de donativos privados que finalmente se hacen deducibles de impuestos, pero el beneficio social y para las y los artistas no es claro. La privatización de la cultura no garantiza que ésta llegue a más personas.