En medio de la creciente del río Tuxpan, Imelda Sánchez Sosa vivió una de las noches más difíciles de su vida. Al enterarse de que el nivel del agua comenzaba a representar un riesgo para su madre y su abuela - de 102 años -, que viven en el Ejido Juana Moza, no dudó en acudir a buscarlas.
"Mis hermanas y yo nos vinimos a sacarlos, fue en la noche, y pues gracias a Dios sí pudimos, porque haz de cuenta que al otro día ya en la mañana estaba todo lleno? si nosotras no nos hubiéramos venido a sacarlos en la noche, quién sabe qué hubiera pasado", relató Imelda con voz entrecortada.
La familia solo alcanzó a rescatar sus documentos personales. El resto, todo lo que habían conseguido con esfuerzo, quedó bajo el agua.
"Todo lo que con tanto sacrificio uno logró comprar, sus cositas, pues todo se lo llevó? como pueden ver, todo quedó inservible, todo, todo, todo", lamentó.
En el Ejido Juana Moza, la mayoría de los vecinos son adultos mayores. "Son puras personas mayores las que viven aquí. Allá vive mi mamá, aquí mi abuelita, y detrás una tía también adulta mayor", explicó Imelda mientras ayudaba a limpiar lo poco que el agua dejó.
Aunque la recuperación será lenta, Imelda mantiene la esperanza. "Si no hay apoyo del gobierno, poco a poco nosotros vamos a apoyarnos para ir comprando lo que se necesite? en este caso, un colchón para que puedan dormir nuestros familiares", comentó.
Hoy, entre el lodo y los escombros, Imelda y su familia se aferran a lo más importante: haber salido con vida.