El cielo mexicano bajo control ambiguo
El auge de los drones en México es imparable. Desde 2024, el mercado supera los 400 millones de dólares y se proyecta que superará los 1,000 millones en 2030.
Se usan en agricultura, construcción, logística, seguridad e incluso entretenimiento.
Los drones pueden transportar hasta 100 kilos a 70 km/h, dispersar semillas y aplicar fertilizantes, e incluso participar en labores militares. La primera academia especializada confirma que la mayoría de pilotos se certifica para la industria.
"Cerca de un 75 por ciento son para un uso profesional y un 25 por ciento es recreativo", explica Fernando Lina, director de Drone Academy.



Pero esta revolución aérea tiene un lado oscuro.
El crimen organizado vuela alto
Los cárteles mexicanos han adoptado la tecnología para vigilar rivales, transportar drogas y lanzar explosivos. Entre 2020 y 2023 se registraron 650 ataques contra fuerzas de seguridad, frente a apenas cinco en 2020.
Michoacán es el epicentro, con más de 1,400 drones decomisados entre 2020 y 2024, seguido de Chihuahua, Jalisco y Guanajuato.
"Los drones es lo que viene, el futuro con el cual vamos a tener que convivir? y también pelear", advierte Alexei Chévez, experto en seguridad y contraterrorismo.
Aunque el gobierno ha registrado 6,636 drones, se desconoce cuántos operan realmente. Con precios de 500 a 5,000 pesos, incluso los modelos básicos caen fácilmente en manos criminales.
El marco legal apenas regula operadores civiles y vuelos sobre zonas sensibles; expertos como Emilio Saldaña "Pizu" alertan que el gran pendiente es establecer un equilibrio entre seguridad y privacidad ciudadana.


Ataques que aterrorizan comunidades
En La Ruana, Michoacán, los drones se convirtieron en armas: lanzan explosivos que destruyen patrullas, casas y bases de seguridad.
Entre 2022 y 2025, Estados Unidos detectó más de 155 mil drones cruzando la frontera desde México, algunos con vigilancia y otros con drogas.
"Los cárteles en guerra se atacan entre sí y es sólo cuestión de tiempo antes de que estadounidenses o fuerzas del orden sean blanco de ataques en la región fronteriza", advierte Steven Willoughby, director del programa antidrones del DHS.
La SEDENA creó el Escuadrón 601 con 1,600 millones de pesos para sistemas antidrones, pero los expertos señalan que la tecnología criminal avanza más rápido.
"Ya se están quedando atrás porque hay drones automatizados y artesanales que blindan contra el equipo antiaéreo", asegura Víctor Hernández, especialista en seguridad nacional.

La tensión geopolítica: drones entre México y EE. UU.
El problema no es solo interno. Los drones de guerra estadounidenses, como el MQ-9 Reaper, vigilan y atacan con precisión en la lucha contra el fentanilo, que causa más de 100 mil muertes anuales en EE. UU..
"Las autoridades mexicanas están petrificadas? los cárteles tienen tremendo control sobre México y los políticos", afirma Donald Trump, mientras Claudia Sheinbaum defiende la soberanía y pide coordinación internacional.
Entre 2022 y 2025, la DEA propuso ataques con drones a líderes criminales sin permiso de México; aunque Trump lo rechazó, la idea sigue latente.
Expertos aseguran que la guerra de drones apenas comienza y que el Estado mexicano está rezagado en regulación y control.
Conclusión: revolución o amenaza
México enfrenta un dilema: aprovechar los drones como motor de innovación o enfrentarlos como una amenaza letal que cruza fronteras, destruye comunidades y desafía la soberanía. La pregunta que nadie puede evadir: ¿podrá el gobierno contener esta guerra aérea, o el cielo mexicano quedará definitivamente en manos del crimen y la geopolítica extranjera?