Economía mexicana se mantiene fuerte, según agencia japonesa JCR

Buenas noticias desde el frente financiero: la agencia japonesa JCR (Japan Credit Rating) reafirmó la calificación de la deuda de México en "A-" con perspectiva estable

Esto significa que el país sigue siendo visto como confiable y estable para quienes invierten, cuatro escalones por encima del mínimo necesario para tener "grado de inversión".

Con este anuncio, México conserva ese estatus ante las ocho agencias más importantes del mundo que evalúan a los países.

Esto es clave porque mantiene abiertas las puertas para atraer inversión, obtener financiamiento a buen precio y conservar la confianza internacional

¿Por qué se mantiene la confianza?

JCR dio varias razones:

• México tiene una base industrial fuerte, orientada a la exportación y reforzada por el T-MEC.

• Su política económica ha sido consistente y flexible, lo que ha ayudado a sortear las turbulencias internacionales.

• El sistema bancario es sólido, con buen capital y bajo nivel de impagos.

• La inflación está bajo control, lo cual también da certidumbre.

El país cuenta con reservas internacionales por más de 242 mil millones de dólares y acceso a una línea de crédito del FMI por 36 mil millones, lo que suma puntos a la hora de evaluar riesgos

Impulso interno y futuro cercano

Según la calificadora, el crecimiento de México seguirá apoyado en:

• El consumo interno, es decir, lo que se mueve dentro del país.

• El Plan México, una estrategia que está atrayendo fábricas, industrias y empleos a través de la relocalización (nearshoring).

Una tendencia a la baja en las tasas de interés, que abarata los créditos y facilita nuevas inversiones

¿Y las finanzas públicas?

También hay puntos positivos:

• Se espera que el gobierno siga con su política de disciplina fiscal.

• La deuda pública es baja si se compara con otros países similares.

• Aunque hay desafíos (como el sector energético), la ruta es clara: evitar desequilibrios y mantener los números ordenados.

México se mantiene como una apuesta sólida para la inversión. Eso se traduce, poco a poco, en condiciones más estables para el empleo, el crédito y el desarrollo de nuevas industrias.