 
                                    La compañía japonesa Honda detuvo temporalmente la producción de vehículos en México, debido a una interrupción en el suministro de semiconductores provenientes de la empresa neerlandesa Nexperia.
Esta decisión se da luego de que la empresa fabricante de autos ya comenzara recortes de producción en sus plantas de Estados Unidos y Canadá.
La crisis está vinculada al fabricante de chips Nexperia B.V., con sede en los Países Bajos, propiedad de la china Wingtech Technology Co., Ltd.. La nacionalización parcial de Nexperia por el gobierno holandés y la consecuente restricción de exportaciones por parte de China generaron cuellos de botella en la cadena de suministro de semiconductores.
Los chips afectados son "discretos" o básicos para vehículos, utilizados en sistemas como frenos, bolsas de aire y unidades de control, no necesariamente los semiconductores más avanzados, pero sí críticos para la producción automotriz.

Impacto para la planta en México
La planta de Celaya, que produce modelos como el Honda HR?V, produjo más de 190 000 vehículos en el año pasado, muchos de ellos destinados a exportación a Norteamérica.
Honda no ha comunicado aún una fecha concreta para la reanudación normal de operaciones.
La detención se produce en un momento de alta vulnerabilidad para la industria automotriz global, que ya enfrenta presiones por la cadena de suministro de chips.
Repercusiones económicas y para el sector automotriz
Esta interrupción refuerza la alerta de que la escasez de semiconductores continúa siendo un riesgo estructural, incluso después de los picos previos de la pandemia.
Para México, como país relevante en la manufactura automotriz, la paralización en Celaya podría tener efectos en la cadena de valor: proveedores locales, logística, exportaciones.
Para Honda y otros fabricantes, esta situación evidencia la necesidad de diversificar fuentes de suministro y asegurar inventarios de chips, lo cual puede incrementar costos o generar demoras en producción.
En perspectiva global, la industria automotriz podría enfrentar entregas más lentas de vehículos, o incluso aumentos de precios si los cuellos de botella persisten.
La crisis de semiconductores tiene una clara dimensión geopolítica: la intervención del gobierno de los Países Bajos en Nexperia y la respuesta china de limitar exportaciones complicaron el suministro a fabricantes automotrices.
Honda ha indicado que trabaja para "minimizar el impacto" de la interrupción
Será clave observar cuánto tiempo permanece la planta de Celaya sin producción plena y cuántos vehículos dejarán de fabricarse, lo que podría afectar los inventarios de Honda en Norteamérica.
Otros fabricantes podrían anunciar medidas similares si no logran asegurar chips alternativos, lo que amplía el riesgo para toda la industria automotriz.