La XVII Cumbre de los BRICS, reunidos en Brasil, rechaza el proteccionismo comercial global, sin mencionar directamente al presidente estadounidense Donald Trump, cuya política arancelaria sobrevuela el encuentro.
El foro, integrado por once países del Sur Global y liderado por China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica, se pronunció en contra de "medidas unilaterales" que distorsionan el comercio, como los aranceles indiscriminados o las restricciones impuestas bajo pretextos ambientales.
Sin embargo, a pesar del tono crítico, evitaron confrontaciones directas con Washington, a días de que expire la tregua comercial fijada por Trump para imponer nuevos gravámenes.
En su declaración final, los BRICS también criticaron las regulaciones ambientales de la Unión Europea que, según afirman, afectan el comercio agrícola de países en desarrollo.
El bloque acordó avanzar en el uso de monedas locales para el comercio bilateral, con la intención de reducir su dependencia del dólar. Rusia afirmó que el 90 % de sus transacciones dentro del grupo ya se realizan en monedas nacionales.
Los líderes también exigieron una reforma urgente del FMI, el Banco Mundial y la ONU, y pidieron mayor representación para las economías emergentes. Lula da Silva, presidente de Brasil y anfitrión del encuentro, señaló que los BRICS deberían tener al menos el 25 % del poder de voto en el FMI, frente al 18 % actual.
Finalmente, se respaldó la modernización del sistema de resolución de disputas de la OMC y se apoyó la adhesión de Etiopía e Irán a dicho organismo.