Una investigación federal terminó con la detención de un hombre de 48 años y su hijo de 22, acusados de comprar armas y municiones en ferias de Texas para revenderlas ilegalmente
El caso fue descubierto por Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), en conjunto con la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y la Patrulla de Carreteras de Oklahoma, tras varios meses de seguimiento.
Según los documentos judiciales, los agentes detectaron a Andrés Ávila y a su hijo, Anthony, realizando compras repetidas en una feria de armas. Ambos usaban mochilas que iban llenando con pistolas y rifles adquiridos a vendedores privados.
Cuando ya no cabía más, vaciaban las armas en bolsas grandes ocultas bajo la mesa de un vendedor específico, lo que levantó sospechas entre los investigadores.

El uso de pago en efectivo y la compra a vendedores particulares -donde en muchos estados no se exige una verificación formal de antecedentes- forma parte de las tácticas usadas en este tipo de esquemas para evitar dejar registros que delaten el tráfico ilegal
75 armas y cientos de balas
Después de más de seis horas dentro de la feria, los agentes siguieron a los sospechosos hasta su vehículo, con placas de Texas. Durante una inspección realizada en carretera, encontraron munición a granel, coincidente con la comprada ese mismo día.
Al revisar antecedentes, se confirmó que Andrés se encontraba en el país sin autorización migratoria y tenía prohibido poseer armas.
Posteriormente, los vendedores entrevistados por las autoridades revelaron que en las bolsas escondidas había más de 75 armas de fuego.

También señalaron que habían conocido a Andrés y Anthony por medio de una casa de empeño local, donde supuestamente acordaban compras en efectivo de cargadores y armamento
Riesgo de que las armas lleguen al crimen organizado
HSI advirtió que los arsenales traficados ilegalmente suelen terminar en manos de cárteles, grupos violentos o actores extranjeros hostiles, lo que incrementa la preocupación por la magnitud del cargamento incautado.
Ambos enfrentan cargos federales por tráfico de armas y, en el caso del padre, por posesión ilegal de armas siendo extranjero sin estatus migratorio.

La fiscalía recordó que, por ahora, se trata solo de acusaciones y ambos se presumen inocentes hasta que un tribunal determine lo contrario