Un partido de la Copa Sudamericana fue suspendido en Argentina la noche del miércoles, debido a graves incidentes de violencia registrados en las inmediaciones del estadio, lo que obligó a las autoridades a cancelar el encuentro por motivos de seguridad.
El partido, que debía disputarse entre el equipo local y el equipo visitante, fue interrumpido cuando grupos de aficionados protagonizaron enfrentamientos antes del ingreso al recinto deportivo. Testigos reportaron lanzamiento de piedras, destrozaron vehículos y enfrentamientos con la policía, que respondió con gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los agresores.
La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) emitió un comunicado en el que confirmó la suspensión del duelo y lamentó los hechos de violencia. "La prioridad es preservar la integridad de jugadores, cuerpo técnico, árbitros y público en general", señaló el organismo, que en los próximos días definirá una nueva fecha y sede para el compromiso.
El Ministerio de Seguridad argentino informó que 19 personas fueron detenidas y 97 resultaron lesionadas. Las autoridades locales aseguraron que se reforzarán los operativos en futuros encuentros internacionales.
Este episodio se suma a una serie de incidentes recientes que han puesto en entredicho la capacidad de garantizar espectáculos deportivos sin violencia en el país. Diversos clubes y asociaciones de hinchas condenaron los hechos y pidieron medidas urgentes para erradicar a los grupos violentos de las canchas.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, rechazó la trifulca ocurrida durante un partido de futbol entre los equipos Independiente de Avellaneda y la Universidad de Chile, realizado en Argentina, en el marco de la Copa Sudamericana.
A través de su cuenta de X, Boric afirmó que lo sucedido en el encuentro "está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización".