Los aranceles son impuestos o tarifas que un país impone a los bienes importados (y en algunos casos exportados). Su propósito principal es regular el comercio internacional y proteger la economía local. Existen distintos tipos de aranceles, como los específicos (un monto fijo por unidad importada) y los ad valorem (un porcentaje del valor del producto).
¿Para qué sirven?
Ejemplo:
Si un país impone un arancel del 20% a los zapatos importados, un par que cuesta $100 en el extranjero pasará a costar $120 al entrar al país, lo que puede hacer que los consumidores prefieran comprar zapatos nacionales si son más baratos.
¿Cómo afecta a los consumidores?
Al imponer aranceles, los productos importados se encarecen. Esto suele trasladarse al consumidor final, que paga más por los bienes.
Algunas empresas extranjeras pueden dejar de exportar si los aranceles son muy altos, reduciendo la oferta y variedad de productos disponibles.
Al subir los precios de ciertos bienes, especialmente si son esenciales, los consumidores pueden ver reducida su capacidad de compra.
Efectos en las empresas
Las empresas nacionales pueden beneficiarse porque los productos importados se vuelven más caros, lo que les da ventaja en el mercado interno.
Las empresas que utilizan materias primas o componentes del extranjero enfrentan mayores costos, lo que puede afectar su competitividad y márgenes de ganancia.
Si un país impone aranceles, otros pueden responder con aranceles propios, afectando las exportaciones de las empresas locales.
Si las empresas están protegidas por aranceles, podrían tener menos presión para mejorar sus productos o procesos, afectando su competitividad a largo plazo.