El Mundial 2026 comienza a tomar forma y lo hace con cifras históricas. Será el torneo más grande de todos los tiempos, con 48 selecciones participantes (por ejemplo, antes había 32) y 104 partidos, cuando en ediciones anteriores se jugaban 64.
Esta expansión convierte al campeonato en un evento sin precedentes tanto en lo deportivo como en lo económico.
Estados Unidos, México y Canadá compartirán la organización del torneo, algo que tampoco había ocurrido antes entre tres países. El presupuesto estimado para esta Copa del Mundo es de 3,756 millones de dólares, una cifra similar a lo que costaría construir alrededor de 20 estadios de futbol de tamaño medio.
Pero la FIFA espera obtener mucho más: una previsión de 13 mil millones de dólares en ingresos, impulsados por derechos de televisión, venta de boletos y patrocinios.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que este será "el torneo de futbol más grande, seguro y extraordinario de la historia".

Los partidos se disputarán en 16 sedes: 11 en Estados Unidos, 3 en México y 2 en Canadá. Aunque no es el mayor número de estadios utilizado en un Mundial (Japón y Corea del Sur usaron 20 en 2002), sí será uno de los más extensos geográficamente. Por ejemplo, Los Ángeles y Boston están separadas por 4,170 kilómetros, una distancia similar a viajar desde Tijuana hasta Cancún.
Esta amplitud obligará a los aficionados a realizar viajes largos para seguir a sus selecciones. México albergará el partido inaugural el 11 de junio en el Estadio Azteca, pero los juegos del Grupo A se repartirán entre Guadalajara, Monterrey y Atlanta. Un ejemplo todavía más extremo es el Grupo B, el de Canadá, cuyos encuentros estarán distribuidos entre Toronto, Vancouver, Los Ángeles, Seattle y San Francisco, lo que implica vuelos constantes para los seguidores.
La final se jugará el 19 de julio en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, un recinto con capacidad para 82 mil 500 aficionados, similar al tamaño de una ciudad pequeña en México. Solo lo superan el Estadio Azteca, con 83 mil lugares, y el AT&T Stadium de Dallas, que con 94 mil asientos será sede de una de las semifinales.
Todos los estadios estadounidenses que participarán pertenecen a equipos de la NFL, lo que implica infraestructura de alto nivel. En la Costa Este participarán recintos como los de los Patriots, Eagles y Dolphins; en la Costa Oeste, los de Rams, Chargers, 49ers y Seahawks; mientras que en la zona central se incluirán los estadios de los Chiefs, Texans y Cowboys. Esta red de sedes convierte al torneo en un desafío logístico gigantesco para los viajeros, los organizadores y los medios de comunicación.
Aunque la distancia entre ciudades complicará los desplazamientos, también se espera un impacto económico positivo. Hoteles, restaurantes, aerolíneas y comercios locales recibirán una derrama millonaria gracias a la llegada de cientos de miles de visitantes. Con su tamaño, presupuesto y proyección, el Mundial 2026 se perfila para ser no solo el más grande, sino posiblemente el más rentable en la historia de la FIFA.