César Artemio del Valle Ruiz, a sus once años, perdió ambo brazos por una descarga eléctrica que recibió al tratar de observar desde una azotea la construcción de juegos mecánicos de feria por lo que ambas extremidades le fueron amputadas.
"Fueron quemaduras de tercer grado estuve en las 72 horas críticas entre la vida y la muerte para mí familia fueron 2 meses y medio internado en el hospital, acumule 27 cirugías un día sí y un día, y la noticia más fuerte la amputación de los brazos."
Desde entonces asegura que al único monstruo que se ha enfrentado es a la crítica un sector de la población.
"De la gente que te señala por no tener los brazos o que te ve de cierta forma con lastima por ser una persona con discapacidad o te trata con pincitas hay pobrecito no lo vayamos a herir, o cosas así, entonces fue el principal monstruo al cual me tuve que enfrentar."
La amputación de ambos brazos, no ha sido motivo para darse por vencido y da gracias a Dios por estar con vida.
"Con el pasar del tiempo me fui volviendo una persona muy segura de mi misma agradeciendo por estar con vida después de ese accidente y optando por tener unas actitudes de optimismo de agradecimiento con Dios por la vida, por seguir con vida."
Lo que más le complace en la vida es poder transmitir hacía las personas un mensaje de motivación y lo hace a través de la marimba.
"Para mí es un gusto realmente, es un placer poder ejecutar este instrumento que es característico de nuestro hermoso estado y cuando ejecuto las melodías en la marimba, pues es una sensación muy increíble que válgase la redundancia siento y además de ello me complace mucho poder transmitir hacía las personas un mensaje de motivación que las limitantes solo están en la mente."
César es san cristobalense y a sus 28 años es licenciado en derecho, da clases de derecho constitucional y amparo y trabaja en la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado, como abogado auxiliar en el área de derechos humanos, todo un ejemplo de superación personal.