La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, felicitó nuevamente este viernes al papa León XIV por su reciente designación como líder de la Iglesia católica y anunció que lo invitará oficialmente a visitar el país.
Durante su conferencia matutina, la mandataria destacó la importancia de fortalecer los lazos con el Vaticano, especialmente por el peso de la religión católica en México.
"Lo vamos a invitar para que venga a México, ya habrá oportunidad de invitarle", afirmó Sheinbaum al referirse al nuevo pontífice, quien fue elegido el jueves durante el cónclave en Roma. La presidenta también reiteró su reconocimiento al cardenal estadounidense Robert Prevost, ahora León XIV, como sucesor del papa Francisco.
Sheinbaum expresó su esperanza de que León XIV continúe con la orientación hacia los más pobres, una de las características que definieron el pontificado de Francisco. "Sabemos que es un líder que tiene una orientación por los pobres. Eso es muy bueno porque estará atento, creo yo, a las necesidades de quien menos tiene", señaló.
Además, resaltó que el nuevo papa ha expresado un interés por fomentar la paz y la prosperidad mundial, un enfoque que considera valioso para un líder espiritual de esa magnitud. "Creemos que, en cierta forma, va a seguir un legado que deja el papa Francisco", añadió.
La mandataria subrayó que México es un país profundamente católico y que por ello es esencial mantener una relación cercana con el Vaticano. De acuerdo con cifras oficiales, México es el segundo país con más católicos en el mundo, con una población de alrededor de 111 millones de fieles, solo superado por Brasil, que tiene aproximadamente 170 millones.
El nuevo papa, León XIV, tiene 69 años y nació en Chicago, Estados Unidos. Fue electo en el segundo día del cónclave, donde participaron 133 cardenales de diversas partes del mundo, incluidos dos mexicanos: el arzobispo de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, y el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes.
Con esta invitación, el Gobierno de México espera concretar en los próximos meses una visita del nuevo pontífice, que reforzaría no solo los vínculos diplomáticos entre ambos Estados, sino también el respaldo espiritual para millones de católicos mexicanos.