Mujeres recluidas en los Centros de Reinserción Social de Chiapas, carecen de insumos básicos para satisfacer sus necesidades de mujer o madre de familia.
Jacivi Gómez de la fundación Unidas por la Sangre denunció que las internas y sus hijos se encuentran en algunos casos en inmuebles de alto riesgo que pone su integridad física.
Pese a que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha emitido recomendaciones para aplicar medidas cautelares a las autoridades estatales, estas no son atendidas como debieran.
Existen condiciones de precariedad y maltrato en su internamiento y no se da una Reinserción Social como debiera.
La situación es complicada porque muchas veces sus familias viven fuera de la ciudad y tienen que trasladarse al amate en Cintalapa o al penal de San Cristóbal o Tapachula y por falta de recursos no lo hacen y pierden contacto con sus seres queridos.
"Se destruye el núcleo familiar entonces pues ahí empiezan a tener está situación de que no ven a sus hijos no tienen un trabajo ellas ahí adentro, muchas veces no se les enseña realmente lo que es reinserción social y salen con una perspectiva muchas veces peor de todo lo que ahí viven."