El pasado 28 de abril, España vivió un apagón masivo. Transporte público detenido, líneas telefónicas colapsadas, tráfico paralizado y supermercados llenos de gente que, entre velas y papel higiénico, intentaba "sobrevivir" a lo que parecía el fin del mundo... versión europea
Pero algo curioso pasó: en redes sociales empezaron a circular videos de personas que, en lugar de encerrarse, salieron a las plazas a platicar, cantar, bailar y reconectar con desconocidos. Como si el apagón hubiera apagado todo.. menos el espíritu comunitario.
Y desde este lado del mundo, Latinoamérica reaccionó como suele hacerlo:
"Eso aquí pasa seguido. No hacemos tanto escándalo. Ya estamos acostumbrados". Pero, ¿será?
¿Y si se va la luz aquí?
Aunque muchos mexicanos se burlaron de la reacción española, la verdad es que no estamos tan lejos de ese escenario.
Ya lo vimos en mayo de 2024, cuando un apagón afectó a al menos 10 estados del país.
Las consecuencias fueron inmediatas:
Y eso fue solo por algunas horas. Ahora imagina varios días sin energía eléctrica
Lo bueno, lo complicado y lo inesperado
Según estudios como Power Outages and Community Health, los apagones prolongados pueden generar desde solidaridad vecinal hasta estrés colectivo.
Lo positivo:
Lo complicado:
En México se registran en promedio 561 robos con violencia al día, por lo que un apagón prolongado podría generar mayor percepción de inseguridad
¿Y en lo económico?
Un apagón masivo en España provocó pérdidas por aproximadamente más de 34 mil millones de pesos mexicanos"
En México, sectores como el comercio, el turismo y la industria también podrían verse gravemente afectados por una interrupción prolongada.
Además:
México no ha experimentado un apagón nacional total, pero los eventos recientes dan pistas de lo que podría pasar. La resiliencia de la gente ha sido clave en muchos momentos, y lo más probable es que lo volviera a ser
Y mientras tanto...
Puede que un apagón así nos invite, como en España, a reencontrarnos con quienes viven a unos metros de nosotros pero que rara vez saludamos.
O puede que simplemente saquemos las velas, contemos historias, cuidemos lo esencial... y esperemos a que vuelva la luz con calma y memes listos.
Porque sí, estamos acostumbrados, aunque eso no significa que no nos afecte