La pirotecnia en Veracruz, marcó un precedente para la conciencia, en el 22 aniversario de uno de los siniestros más desgarradores para el puerto, en las calles ya es común el uso de explosivos lúdicos a todas horas sobretodo por niños, a pesar del riesgo que esto representa. Lamentablemente existe un sector vulnerable que nadie toma en cuenta al encender una mecha, como son los niños con trastorno del espectro autista (TEA) para quienes estos festejos pueden convertirse en una experiencia altamente estresante e incluso traumática.
La intensidad y la imprevisibilidad de los sonidos de la pirotecnia generan reacciones extremas como ataques de pánico, crisis de llanto, y en algunos casos, comportamientos autolesivos, de acuerdo con cifras de la asociación Autismo Mexicano el 70 por ciento de las personas con TEA experimentan alteraciones sensoriales por el estruendo de los explosivos.
Por ello asociaciones civiles como Verautismo exhortan a la ciudadanía a tomar conciencia para erradicar el uso de pirotecnia, y señalizar las viviendas donde habiten menores con esta condición con el color azul el cual se ha convertido en un símbolo global que representa calma, confianza y seguridad, cualidades que son especialmente importantes para los autistas, ya que la mayor porcentaje de crisis sensoriales son experimentadas en diciembre.
Algunas medidas para disminuir el impacto de las alteraciones son crear un lugar tranquilo con sonidos suaves o ruido blanco para bloquear los ruidos externos, utilizar auriculares con cancelación de ruido, planificar actividades atractivas y seguras para distraerlos durante los momentos más ruidosos, así como mantenerlos resguardado durante los horarios en que se use pirotecnia.
Aunque la erradicación total de la pirotecnia en México puede ser un desafío cultural, existen acciones que pueden ayudar a reducir el daño para los sectores vulnerables como el uso de pirotecnia silenciosa, creación de espacios adecuados y sobre todo una concienciación comunitaria.