A casi un mes de las severas inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Cazones, cientos de familias en Poza Rica denuncian que el apoyo económico de 20 mil pesos otorgado por la Secretaría del Bienestar resulta insuficiente para recuperar lo que perdieron durante la contingencia.
El pasado 10 de octubre, las lluvias intensas provocaron el colapso de drenes pluviales y el desbordamiento del afluente, afectando colonias como Palma Sola, Morelos, Las Gaviotas y 27 de Septiembre. En cuestión de horas, viviendas y negocios quedaron bajo el agua, dejando a su paso pérdidas totales en muebles, electrodomésticos, automóviles y pertenencias personales.
Semanas después, el Gobierno de México inició la entrega del apoyo único de 20 mil pesos, junto con vales de despensa y paquetes de enseres. Sin embargo, los damnificados aseguran que este monto no cubre ni la mitad del costo para volver a habitar sus hogares.
"Con 20 mil pesos no se empieza de nuevo. Perdimos todo, desde los colchones hasta el refrigerador", compartió una vecina de la colonia Palma Sola, una de las zonas más afectadas.
De acuerdo con cálculos de las propias familias, reponer lo básico en una vivienda supera los 40 mil pesos.
Un refrigerador cuesta entre 6 mil y 18 mil pesos; una estufa de dos parrillas ronda los 3 mil 500; una sala o comedor, entre 5 y 6 mil pesos; y un colchón básico no baja de 2 mil 500 pesos. A esto se suman gastos en ropa, limpieza, despensa y materiales de reparación.
Mientras los damnificados enfrentan el reto de reconstruir su patrimonio, crece la inconformidad por las declaraciones de la gobernadora Rocío Nahle, quien recientemente afirmó que "Veracruz no es carne para la carroña", mientras se le señalan propiedades de alto valor en la Riviera Veracruzana.
Vecinos piden que el gobierno estatal y federal consideren un incremento en los apoyos según el nivel de daño, además de acelerar los censos del Bienestar, transparentar las listas de beneficiarios y atender las fallas estructurales que agravaron la emergencia, como el colapso de drenajes y la falta de mantenimiento en canales de desagüe.
A un mes del desastre, cientos de familias siguen sin poder regresar a sus hogares y dependen de la solidaridad de vecinos y albergues temporales, en espera de una respuesta integral que les permita verdaderamente volver a empezar.