La detención de cuatro adultos en Texas -dos hombres y dos mujeres- puso al descubierto una cadena de abusos, negligencias y explotación contra una niña migrante de 12 años
Aunque las autoridades celebran el rescate, el caso deja ver lagunas profundas en los sistemas de custodia y protección, especialmente entre menores que llegan solos a Estados Unidos.
La investigación, encabezada por HSI Houston y la Oficina del Sheriff del Condado de Harris, inició cuando la menor logró escapar del entorno donde vivía y pidió ayuda.

Lo que descubrieron los agentes fue un historial de violencia que había pasado inadvertido durante años
El origen: una custodia sin supervisión
La niña llegó a Estados Unidos en 2014, durante la administración Obama, acompañada solo por su madre, quien posteriormente la dejó al cuidado de un familiar: Félix Bustillo Díaz, un hondureño de 49 años, con antecedentes penales y estancia irregular en el país.
A pesar de su historial, Bustillo fungió como patrocinador de la menor y en 2024 obtuvo Estatus de Protección Temporal, que luego le fue retirado.
Las autoridades lo acusan, junto con José Gerber-Rivera, de 45 años, de abusar sexualmente repetidamente a la menor.

Rivera fue detenido en The Woodlands el 4 de noviembre, y Bustillo un día después al ser transferido desde un centro de detención migratoria
Una falsa ayuda que derivó en tortura
La historia dio un giro aún más grave cuando la niña buscó escapar con el apoyo de dos mujeres -Brenda y Tania García- quienes prometieron ayudarla.
En lugar de ello, según la indagatoria, la sometieron a agresiones, amarrarla con bridas, maltratos físicos y explotación laboral.
Ambas fueron detenidas en octubre por lesiones graves a un menor, privación ilegal de la libertad y grabación visual invasiva.

Para las autoridades, este caso exhibe cómo niñas y niños migrantes sin redes de apoyo pueden quedar atrapados entre agresores sucesivos sin que el sistema active alertas tempranas
Una investigación que sigue abierta
Los tres departamentos involucrados coincidieron en la gravedad del caso. "Es uno de los episodios más perturbadores que hemos visto", señaló Chad Plantz, de HSI Houston.
Aunque la menor se encuentra a salvo, los investigadores advierten que aún falta esclarecer la red de omisiones que permitió que la violencia continuara durante tanto tiempo.