El Obispo emérito de la diócesis de Veracruz, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo, reprobó el asesinato de dos sacerdotes Jesuitas a manos del crimen organizado, en el estado de Chihuahua.
Lamentó que la delincuencia no perdone ni a la iglesia y que las estrategias de seguridad estén dando pocos o nulos resultados.
Recordó que sacerdotes veracruzanos también han sido asesinados en Poza Rica y seminaristas fueron privados de su libertad en Veracruz, en años pasado; además acusó que la iglesia también es víctima del cobro de "derecho de piso".
"mientras yo estuve de obispo diocesano, tuvimos dos casos, pero en ninguno hubo muertos, los secuestraron y los fueron a tirar quien sabe donde... nadie se salva, así como les toca a padres de familia, a empresarios, también a nosotros"