Las elecciones para jueces y magistrados terminaron por no conectar con los votantes en México, lo que en un principio se veía como el estandarte de la democracia la ciudadanía lo vivió de manera distinta. Aunque en estados como Veracruz y Durango la asistencia a las urnas fue particularmente baja, a nivel nacional no solo es un tema de percepción del electorado ya que solo se obtuvo el 13?por ciento de participación, lo que representa alrededor de 13?millones de votantes de un padrón de más de 100?millones.
Aunque en estados como Veracruz y Durango la asistencia a las urnas fue particularmente baja, a nivel nacional no solo es un tema de percepción del electorado ya que solo se obtuvo el 13?por ciento de participación, lo que representa alrededor de 13?millones de votantes de un padrón de más de 100?millones. Pero el problema no queda ahí, ya que de estas cifras más del 20 por ciento de los sufragantes anuló su voto. Para este ejercicio democrático el Instituto Nacional Electoral solicitó un presupuesto inicial de 13?mil 500?millones de pesos, similar al costo de una elección federal, sin embargo, sólo se aprobaron 6?mil 300 millones , es decir, un recorte del 52 por ciento.
Este primer proceso judicial representa una versión inédita y ambiciosa plagada de buenas intenciones por la inclusión democrática, no obstante su elevado costo comparado con el bajo nivel de participación dejan claro que si no se perfeccionan los mecanismos de comunicación, diseño electoral y financiamiento, se podría correr el riesgo de un sistema judicial sujeto a presiones más políticas que técnicas.