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26 de Junio del 2025
Cultura

Fandoms al poder: la economía emocional que no para

Fandoms al poder: la economía emocional que no para

"El poder del fandom está en su capacidad para movilizar recursos, atención y emociones en masa."

-The Conversation



Los fandom, que se refieren a una comunidad de seguidores, que comparten una admiración profunda por una serie, un artista, saga cinematográfica o cualquier otro fenómeno cultural, han transformado la cultura pop y la economía global



De seguro has notado que cuando se estrenan películas de cierto tipo -como las de superhéroes de Marvel- los cines están a reventar.


Durante las primeras semanas es casi imposible encontrar boletos para función alguna. Y si quieres ver otra película en cartelera, más te vale tener paciencia y salir con tiempo, porque ni siquiera tú ?que no planeas ver esa cinta? te salvarás de hacer largas filas en la dulcería o la taquilla.


Ese poder de convocatoria que tiene Marvel Studios es impresionante. Y no se debe solo a la publicidad: es todo su fandom el que se encarga de llenar las salas (y, claro, los bolsillos). No son simples consumidores; son personas que ven más allá de una película cualquiera.



Y esto no sucede solo en el cine. Lo mismo pasa con los fans de Apple, del fútbol o de ciertos libros: son comunidades que no solo dejan amor, sino también varios billetes



Tener un objeto que represente ese gusto compartido es parte esencial de cualquier fandom. Según Rock & Arte, los fans usan estos productos para expresar su devoción y fortalecer el vínculo con su banda favorita o franquicia cinematográfica.


La comercialización de mercancía puede generar hasta el 70% de los ingresos en algunos eventos musicales, mientras que la venta de boletos es el motor financiero principal de los shows en vivo.


Además, la exclusividad de ciertos productos ?como las ediciones limitadas? aumenta su valor percibido y estimula la demanda, creando un mercado dinámico impulsado por la lealtad de los fans.


Los fandoms no se quedan viendo desde la tribuna. Al contrario, participan activamente: crean contenido, promueven a sus ídolos y construyen comunidades globales.



Algunos fans van a tiendas de discos para ayudar a sus artistas, ofreciendo cosas como pósters gratis al comprar un disco. Esto impulsa la economía más allá del gasto directo, demostrando el gran poder de estas comunidades



Los fans gastan miles de millones de dólares cada año en productos oficiales, boletos, plataformas de streaming y otros servicios relacionados con sus intereses.


Un ejemplo claro es la llamada ola coreana: en 2018, la combinación de K-dramas, videojuegos y música coreana -impulsada por la globalización y el entusiasmo de los fandoms internacionales- aportó 9,500 millones de dólares a la economía de Corea del Sur, según datos de la Fundación de Corea para el Intercambio Cultural Internacional.


Otro caso notable es el de Taylor Swift, quien lanzó 36 versiones de su disco The Tortured Poets Department. Solo la primera edición generó entre 6 y 8 millones de dólares en su primera semana en EE. UU., según Forbes.



Por eso, marcas y artistas invierten en mantener activos a sus fandoms: son una base de consumidores fieles que garantiza ingresos sostenidos a largo plazo



Según datos de Elvermood Corporate, estos son algunos de los productos que más rompen entre los fandoms:

  • Ropa personalizada: Camisetas, sudaderas y otras prendas con diseños exclusivos o logotipos que se vuelven indispensables en conciertos y eventos temáticos.


Por ejemplo, la mercancía oficial de Taylor Swift, en el concierto en Ciudad de México, tenían precios que van desde $764 por una camiseta hasta $1,500 por una chamarra.


Esta última generó polémica porque llevaba la etiqueta "Hecho en México" y algunos fans criticaron que la calidad no estaba a la altura de la mercancía estadounidense. Además, fuera del evento, se podían encontrar chamarras similares por hasta $600.


  • Accesorios: Llaveros, pulseras, pines y tote bags son los favoritos por ser accesibles, prácticos y fáciles de coleccionar, ideales para llevar un pedacito de la pasión en el día a día, se pueden encontrar desde 50 pesos hasta 2400 pesos dependiendo la marca.


  • Ediciones limitadas: Álbumes especiales, figuras coleccionables o productos exclusivos que se vuelven verdaderas joyas para los fans.



Un caso extremo: la tarjeta de Pokémon "Illustrator Pikachu", de la que sólo existen 39 ejemplares en el mundo, fue vendida por la increíble cifra de 5 millones 275 mil dólares (más de 100 millones de pesos).


  • Productos temáticos: Réplicas a escala de objetos icónicos de películas o series, que se convierten en el santo grial de convenciones como la Comic-Con.


Por ejemplo, una réplica 1:1 del Rey Brujo de Angmar puede encontrarse en eBay por alrededor de 8,930 dólares (aproximadamente 172 mil pesos).



El diseño de productos para un fandom no se hace al vapor. Debe reflejar la identidad del artista o franquicia y al mismo tiempo adaptarse a los gustos de sus seguidores



Por eso, productores y marcas colaboran con diseñadores para crear artículos visualmente atractivos y emocionalmente significativos: desde camisetas con frases icónicas hasta logotipos clásicos.


Hoy también se consideran factores como la calidad, el costo y la sostenibilidad. Los fans valoran productos duraderos y responsables, y eso influye cada vez más en sus decisiones de compra.


Si un producto logra diversificarse, el éxito puede escalar como hechizo de Hogwarts: películas, videojuegos, libros, ropa, suscripciones...



La marca Harry Potter es prueba de ello: se estima que su valor supera los 25 mil millones de dólares, lo equivalente a construir más de seis aeropuertos como el AIFA (que costó alrededor de 3.9 mil millones). Todo eso, gracias a un fandom global que sigue vivo más de dos décadas después del primer libro



Pero no todo es miel sobre hojuelas para las compañías. También enfrentan riesgos y errores estratégicos que pueden jugar en su contra.


Uno de los más comunes es la saturación de franquicias. Algunas series -especialmente en el universo de los superhéroes- intentan explotar el entusiasmo de los fans con contenido genérico y de baja calidad, lo que ha provocado críticas y un descenso en el interés.


Cuando se prioriza la cantidad sobre la narrativa o la innovación, incluso el fandom más fiel puede cansarse.


Otro problema es la reventa descontrolada y la inflación de precios, que afectan la experiencia del fan y dañan la imagen de los organizadores.


A esto se suma la falta de autenticidad: algunas marcas intentan subirse a la ola de un fandom sin comprenderlo realmente, lanzando colaboraciones forzadas que terminan siendo rechazadas.



En más de una ocasión, estos errores han provocado boicots y críticas virales? incluso por parte del mismo fandom que se buscaba atraer



Por ejemplo, el primer tráiler de la película de Sonic mostró un diseño del personaje que se alejaba drásticamente de la estética original del videojuego: dientes humanos, proporciones realistas y un aspecto que ignoraba por completo las expectativas de los fans, quienes esperaban fidelidad al material original.


Esta diferencia generó una avalancha de críticas en redes sociales. El fandom inundó internet con memes y comentarios que calificaban el diseño como "aterrador" y una traición al personaje. La reacción fue tan fuerte que Paramount y Sega, la empresa creadora de Sonic, anunciaron un rediseño completo, lo que retrasó el estreno de la película.


La corrección fue bien recibida y la película terminó siendo un éxito, pero este episodio evidenció el poder que tienen los fandoms para influir en decisiones creativas.



Eso sí, Paramount tuvo que gastar alrededor de 5 millones de dólares adicionales para llevar a cabo el rediseño



Los fandoms son comunidades organizadas, apasionadas y con poder económico real.


Su lealtad se traduce en ingresos constantes, visibilidad global y una forma distinta de consumir: emocional, activa y colectiva.


En un mundo donde la atención es fugaz y las modas cambian al ritmo de TikTok, los fandoms siguen siendo una fuerza constante y poderosa.



 La pregunta es: ¿las marcas sabrán escucharlos antes de que se cansen?





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