El estadio Maracaná podrá tener aficionados durante el "super clásico" sudamericano de la final. Fotografía: EFE/Antonio Lacerda
La final de la Copa América, en la que Brasil y Argentina disputarán el título el sábado, tendrá 7.200 hinchas en el Maracaná, luego de que la Alcaldía de Río de Janeiro permitiera al acceso del 10 % del público al icónico estadio, en momentos en que la pandemia comienza a ceder en la ciudad.
El Alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, confirmó en rueda de prensa que aceptó la solicitud de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol) tras el visto bueno de la secretaría de Salud, por la notoria reducción de casos y muertes por covid-19 en la ciudad. Brasil es uno de los países más afectados por la pandemia del coronavirus con más de 530.00 muertos y 19 millones de infectados. Solo en Río, ya son más de 30.000 fallecidos y 372.000 positivos por el virus.
Con la medida -publicada hoy en el Diario Oficial de la ciudad y que será de carácter "excepcional y temporal"- el burgomestre dio marcha atrás a la decisión que había anunciado en junio, días antes de que comenzara la competición de no permitir público para la final del torneo. La norma determina que las personas que asistan al Maracaná deberán presentar pruebas de diagnóstico contra la covid realizadas hasta 48 horas antes y que haya un espacio mínimo de dos metros entre cada individuo o familia. El icónico estadio del Maracaná tiene una capacidad para 72.285 personas, por lo que estará permitido el acceso de 7.228 hinchas el sábado para el clásico.
La Conmebol ya había autorizado la presencia de aficionados para la final, pero faltaba la autorización de las autoridades municipales y este viernes se dio luz verde a la petición tras "supuestas" presiones, que el alcalde negó.
"Se hizo un pedido para que se permitiera el 50 % del público que fue rechazado. Supe del pedido por la prensa. La Secretaría de salud Municipal lo analizó y lo negó. Con un nuevo pedido, entendió, con toda la libertad del mundo, que el 10 % no sería problema. Yo no recibí presiones de la Confederación Brasileña de Fútbol (CFB) o de la Conmebol, de nadie", dijo Paes.
El partido entre Brasil, vigente campeón, anfitrión y favorito, y Argentina, que creció en los últimos juegos guiada por Lionel Messi, será la primera final de los dos históricos rivales sudamericanos, desde la final de la Copa América de 2007 cuando Brasil se impuso por 3-0.
EFE