Mientras aún se arrastran las secuelas estructurales de la pandemia y un sistema de salud debilitado, una amenaza silenciosa avanza, la resistencia a los antibióticos, la combinación de automedicación, venta irregular de fármacos y una vigilancia epidemiológica fragmentada coloca al país en riesgo de una crisis sanitaria de gran escala.
De acuerdo a la Universidad Anáhuac Más del 80 por ciento de la población en México ha recurrido alguna vez a la automedicación, colocándolo como uno de los países con mayor automedicación en América Latina, y en el caso de algunos antibióticos se consiguen a pesar de la regulación con sorprendente facilidad. En muchas farmacias, la receta es una formalidad opcional y el resultado es una presión selectiva permanente, bacterias expuestas a dosis incompletas o tratamientos mal indicados, que se vuelven más resistentes.
La amenaza de que esta situación derive en un panorama complejo, no es especulación, basta con observar cómo los brotes de bacterias resistentes en hospitales pueden propagarse rápidamente a la comunidad. La resistencia antibiótica tiene la capacidad de moverse con la misma facilidad que un virus, pero con un agravante, los tratamientos disponibles están dejando de funcionar.
En la actualidad ya se tiene un registro de 1.2 millones de personas muertas cada año debido a infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos.
Otro factor que agrava la situación es el acceso desigual a la salud. Cuando los antibióticos fallan, los pacientes requieren alternativas más costosas, tratamientos intravenosos o fármacos de última línea.
Frenar la automedicación también es parte de la responsabilidad individual, informarse, evitar el uso de fármacos sin supervisión, exigir atención médica de calidad y denunciar prácticas irregulares son acciones que, aunque pequeñas, tienen un impacto colectivo.
Si la pandemia enseñó algo, es que ignorar una amenaza invisible no la detiene. Hoy, la resistencia antibiótica toca la puerta de México, y la pregunta no es si llegará la crisis, sino si estaremos preparados cuando lo haga.