Cada inicio de año, el anuncio de un nuevo incremento al salario mínimo genera expectativas entre millones de trabajadores mexicanos. Sin embargo, detrás de los porcentajes y las cifras oficiales, surge una pregunta fundamental: ¿es suficiente este aumento para mejorar realmente la calidad de vida de la población?
Actualmente el salario mínimo alcanza para comprar 1.7 canastas básicas y el objetivo es que para 2030 alcance para comprar 2.5 canastas básicas por lo que no se descarta que para 2026 incremente un porcentaje similar al que se registró en 2025 que fue del 12 por ciento, manteniendo la inflación en máximo 4 por ciento.
Hace algunas semanas la presidenta de México Claudia Sheinbaum explicó que actualmente el salario mínimo alcanza para comprar 1.7 canastas básicas y el objetivo es que para 2030 las familias puedan adquirir 2.5 canastas básicas.
Aunque los incrementos han permitido recuperar parte del poder adquisitivo. Para que estos aumentos realmente impacten de manera positiva deben ir acompañados de una inversión sólida en educación, infraestructura y un plan de desarrollo integral.
El Integrante del Colegio de Economía, Jorge Antonio Acosta Cázares, señaló que los beneficios del incremento del salario mínimo también deben impactar en la calidad de vida y el índice de desarrollo.
"el nivel de educación, en la calidad de la educación? no es suficiente el incremento, incluso debe reflejar en la infraestructura, en carreteras, puentes, que se visible la inversión".
Aumentar el salario mínimo no es una solución integral. En un país donde más del 50 por ciento de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, no siempre se refleja en los bolsillos de quienes más lo necesitan. Además, la inflación constante especialmente en productos básicos y transporte termina absorbiendo buena parte del beneficio obtenido.
A ello se suma la falta de servicios públicos de calidad, que obliga a las familias a destinar una mayor proporción de su ingreso a salud, educación o vivienda.
Los incrementos al salario mínimo representan un paso importante hacia la recuperación del bienestar. Mejorar la calidad de vida de las personas requiere una estrategia más amplia que incluya el fortalecimiento del empleo formal, la contención de precios y la inversión pública en servicios esenciales. Solo así, dejará de ser una cifra simbólica y se convertirá en un verdadero instrumento de dignidad económica.