Rodeada de los ríos Sedeño y Pixquiac y con un manantial en pleno corazón de la ciudad, Xalapa sufre un desabasto de agua de tal severidad cuya solución implica buscar el líquido en otros municipios.
El alcalde de Xalapa, Alberto Islas Reyes, consideró que la opción más viable para el abastecimiento de agua sería la proveniente de Altotonga, debido a que la cercanía con la carretera facilitaría el traslado y permitiría aprovechar la gravedad para conducir el líquido por tubería hasta una caja rompedora, donde podría ser tratado. A su juicio, esta alternativa resultaría menos costosa y más rápida de ejecutar.
El proyecto de CMAS complementaría con pozos en El Castillo, sin embargo, captaría menos agua en comparación con las demás fuentes de abasto.
Pese a las opciones del Ayuntamiento, en Veracruz, la Comisión Nacional del Agua todavía analiza la fuente más viable para surtir a Xalapa, aunque no se descartan las cuencas del Nautla, Actopan y La Antigua.
El director técnico del Organismo de Cuenca Golfo Centro de la Conagua, Víctor Hugo García Pacheco, explicó que actualmente se analizan cuatro opciones principales y que, durante lo que resta del año, se mantendrá la fase de planeación con el objetivo de ir descartando alternativas a lo largo del siguiente año.
En tanto, la iniciativa privada advierte que del agua dependen el desarrollo de diversos sectores de la Capital.
El presidente del Consejo Empresarial Metropolitano de Xalapa, Bernardo Martínez, expresó que espera se concrete pronto el proyecto de abasto, ya que la capital del estado requiere incorporar más litros de agua para garantizar el suministro. Añadió que además es necesario emprender acciones en distintos aspectos del tema, como la mejora en la distribución.
Miguel Ángel Rodríguez, integrante de la Comisión de Agua de la Canacintra Golfo, señaló que la realidad del sistema hidráulico en Xalapa es crítica, ya que consideró que los sistemas de agua actuales son totalmente inoperativos. Indicó que la mayor parte de la recaudación se destina al pago de nómina, lo que deja un porcentaje mínimo para atender reparaciones y averías.
Aunque el riesgo, es llegar a un punto de escasez irreparable.