La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos al tomate mexicano continúa siendo un tema de constante preocupación y negociación para el sector agrícola. A pesar de los esfuerzos por alcanzar acuerdos comerciales, los obstáculos arancelarios persisten, impactando directamente la balanza comercial y la economía de miles de productores en el país.
En Veracruz, como en otras regiones, este cultivo se desarrolla en ciclos agrícolas, es decir, en primavera-verano, y aunque la entidad no es de los principales productores, sí hay un impacto fuerte ante los cambios arancelarios.
El reciente impuesto ha sido establecido en un 17.09%, que se aplica sobre el valor de las exportaciones, lo que reduce directamente el margen de ganancia y un impacto directo al empleo.
"El hecho del empleo, si se deja de vender jitomate se deja de dar empleo y sobre todo ese sector tan importante porque abarca desde el sector primario que es la parte de la agricultura, hasta el empaque, envío y transporte", expuso el empresario Fernando Arana Watty.
México es el principal proveedor de tomate fresco a Estados Unidos, un mercado importante para la economía agrícola nacional. Las exportaciones de este fruto son uno de los pilares del sector hortofrutícola.
"En México si de queda el jitomate, bueno al haber mucho mayor oferta , tendría que bajar el precio del jitomate pero lo malo es que los productores al corto plazo dejarán de producir porque no tienen donde colocarlo y va a escasear el jitomate y va a incrementar el precio".
La producción de este fruto en México es una actividad vital que sustenta a un gran número de familias y genera empleos a lo largo de toda la cadena de valor. En 2024, la producción nacional de tomate ascendió a alrededor de 3.5 millones de toneladas
Este producto se concentra en varios estados, donde las condiciones climáticas y la tecnificación agrícola permiten el rendimiento requerido.
Productores y autoridades coinciden en la necesidad de diversificar mercados, fortalecer la cadena de valor interna y buscar soluciones a largo plazo que brinden certidumbre a la agroindustria nacional ante las recurrentes amenazas arancelarias.
"Ellos no tienen la capacidad puntual de Florida de abastecer su mercado, ni siquiera en su estado y menos a nivel nacional", comentó Manuel Cázares, vicepresidente del Sistema Producto Tomate.
Aunque el tomate de exportación es de una calidad específica y está destinado a un mercado particular, podría tener efectos en el mercado nacional, entre ellos la sobreoferta potencial y la contracción de la industria.