La reciente declaración de la Administración para el Control de Drogas (DEA) ha puesto en evidencia la creciente audacia y peligrosidad del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en territorio estadounidense
Según reveló Matthew Allen, agente especial encargado de las operaciones de la DEA en Los Ángeles, la organización criminal no solo ha expandido su influencia más allá de las fronteras mexicanas, sino que ha llegado al punto de vigilar y seguir a agentes e informantes de la agencia en Washington, D.C., durante el juicio de Rubén Oseguera González, conocido como "El Menchito", celebrado en 2024.
Allen describió ante el Comité Judicial del Senado el nivel de amenaza que representa el CJNG, al calificarlo como una estructura paramilitar con presencia internacional, capaz de recurrir a la violencia extrema incluso en suelo estadounidense.
Según su testimonio, el cártel no dudó en tomar represalias tras la detención y proceso judicial de Oseguera González, lo que derivó en ataques directos contra personas vinculadas a las investigaciones.
Entre los hechos más graves, se reportó el asesinato de la hija de un informante y el ataque armado contra su esposa, así como la muerte de un soldado mexicano
La DEA considera que estos actos trascienden la criminalidad común y constituyen una amenaza equiparable al terrorismo, debido a la capacidad del cártel para intimidar y atentar contra la vida de quienes colaboran con las autoridades.
Esta postura ha sido respaldada por declaraciones públicas y reportes de medios internacionales como CNN, que han intentado obtener la versión de las autoridades mexicanas sobre estos incidentes.
El caso de "El Menchito" muestra cómo los cárteles mexicanos han mejorado sus métodos, usando la vigilancia y el acoso para frenar la justicia y meter miedo a quienes están involucrados en sus juicios
El pasado 7 de marzo "El Menchito" fue sentenciado a cadena perpetua y al pago de una multa de más de 6 millones de dólares en la Corte del Distrito de Columbia, en Washington.
Aunque durante la audiencia de sentencia, la defensa argumentó que Oseguera González se invoulcró en el crimen organizado desde los 14 años, bajo la influencia de su padre. Sin embargo, la fiscalía destimó este argumento y aseguró que el ahora imputado dirigió operaciones violentas dentro del cártel, incluyendo ataques contra autoridades y rivales.