En el estado de Veracruz la desaparición de personas dejó de ser una tragedia aislada para convertirse en una crisis estructural sostenida por la impunidad, la negligencia institucional y la complicidad de las autoridades.
A pesar de los discursos oficiales, la emergencia continúa sin una respuesta efectiva.
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta julio de 2025 más de 6 mil 900 personas siguen desaparecidas en la entidad.
Esta cifra podría ser mayor debido a subregistros y la falta de actualización de datos oficiales.
Colectivos como ?Solecito de Veracruz? y ?Familiares en Búsqueda María Herrera? afirman que las cifras reales podrían superar los 10 mil casos.
Los perfiles más vulnerables son jóvenes de entre 15 y 30 años, principalmente hombres.
Aunque también se reporta un aumento en desapariciones de mujeres, migrantes, personas con algún activismo social y trabajadores del transporte.
Las zonas de mayor incidencia incluyen el Puerto de Veracruz, Xalapa, Córdoba, Poza Rica y Coatzacoalcos.
El funcionamiento de las fiscalías especializadas y mecanismos de búsqueda inmediata es deficiente.
Ante ello, los familiares siguen buscando por su cuenta, organizando brigadas, exhumando fosas clandestinas y generando sus propios bancos de datos.
Reiterando a su vez la urgente reestructuración de las instituciones de búsqueda e investigación.