En Naturalia, los animales también se mueren de tristeza, aseguró Haydee García Barradas, originaria de Chachalacas, municipio de Úrsulo Galván, al denunciar que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente retiró de su hogar a un tucán llamado Sebastián, al que crió desde que era un polluelo y lo resguardó en el zoológico controlado por la Procuraduría Estatal del Medio Ambiente.
La mujer afirma que el ave, separada de su entorno y de las personas con las que creció, podría enfermar o morir por el cambio drástico de ambiente.
Explicó que el tucán fue trasladado al centro Naturalia en Xalapa, donde el clima frío y las condiciones de encierro no son adecuadas para la especie acostumbrada al calor húmedo de las selvas tropicales.
"No los quitan porque estén sufriendo, los quitan aunque estén bien cuidados; y muchos terminan enfermando o dejando de comer, no porque les falte alimento, sino porque extrañan su entorno", lamentó.
García Barradas relató que adoptó a Sebastián en Chiapas y lo mantenía libre, sin jaula, en un espacio abierto y arbolado.
Aseguró que la Profepa realizaba visitas periódicas para supervisar su estado, pero recientemente un inspector determinó su aseguramiento y traslado.
Dijo que presentó denuncias ante la Fiscalía Especializada en Xalapa y la Fiscalía General de la República, sin lograr que el ave sea devuelta. "He ido dos veces a buscarlo y sigue ahí, pero otros animales ya no están; mueren de tristeza, no de hambre", sostuvo.
La mujer expresó que el centro Naturalia luce cada vez más vacío y que la situación preocupa a quienes han tenido contacto con el lugar. "El sitio está desolado. Los animales sienten, se apegan, y cuando los arrancan de donde se sienten seguros, simplemente se apagan", afirmó.