La aprobación en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución impulsada por Estados Unidos reconfiguró este lunes el tablero político en torno al futuro de Gaza. Sin embargo, lejos de generar consenso, la decisión abrió un nuevo frente: Hamás rechazó el documento, al considerar que consolida la ocupación israelí y limita la autodeterminación palestina
La resolución respalda el proyecto de veinte puntos del presidente Donald Trump, que incluye la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) hasta diciembre de 2027.
Esta fuerza tendría tareas amplias: asegurar las fronteras de Gaza con Israel y Egipto, proteger corredores humanitarios, apoyar el trabajo de un nuevo cuerpo policial palestino y supervisar la desmilitarización del enclave, incluyendo la destrucción de infraestructura militar.
Para Washington, este esquema busca evitar que Hamás vuelva a armarse y garantizar condiciones mínimas de seguridad y asistencia humanitaria.

En la sesión, el embajador estadounidense Mike Waltz aseguró que el plan ofrece "una posible vía hacia la autodeterminación palestina" una vez que la Autoridad Palestina complete un paquete de reformas y asuma la administración civil del territorio a través de un comité tecnócrata
La respuesta de Hamás
El movimiento islamista acusó a Estados Unidos de impulsar un mecanismo de tutela internacional sobre Gaza que -según dijo en un comunicado difundido en Telegram- "no responde a los derechos ni demandas del pueblo palestino".
Para el grupo, asignar funciones directas a la fuerza internacional dentro del enclave convierte a la ISF en "un actor del conflicto" y no en un elemento neutral.

Hamás afirma que cualquier fuerza internacional solo podría operar en las fronteras para separar fuerzas y monitorear un alto el fuego, siempre bajo supervisión directa de la ONU, sin estructuras paralelas ni injerencias en la gobernanza del territorio.
Votación sin representación palestina
La resolución fue aprobada con 13 votos a favor y las abstenciones de Rusia y China. Aunque el embajador israelí asistió a la sesión, no hubo representación palestina en la votación.
Tanto la creación de la ISF como la denominada Junta de Paz -que Waltz describió como la "piedra angular" del plan y que estaría dirigida por Trump- han generado preocupación entre sectores palestinos, que temen que la supervisión externa limite la construcción de un proceso político propio.
Mientras tanto, la ONU deberá definir cómo operará en un territorio marcado por años de conflicto, reconstrucción intermitente y desconfianza hacia cualquier presencia internacional que no garantice un equilibrio claro entre seguridad, soberanía y derechos humanos