Las redes sociales se han convertido en una influencia importante entre la población, especialmente en jóvenes y menores de edad; sin embargo estás han llegado a tener un peso negativo.
De acuerdo al Instituto Nacional de Etadística y Geografía (INEGI) el grupo de edad de 12 a 17 años invirtió un promedio de 5.1 horas al día navegando en internet en 2024.
Estas plataformas digitales ofrecen vías para la conexión, la información y el entretenimiento, pero el auge de los "influencers" ha llevado a la población vulnerable a situaciones que han desatado incluso crisis emocionales y conductuales con consecuencias fatales, expone el psiquiatra Ricardo Caraza Camacho.
"Ese exceso se vuelve una conducta impulsiva primero, pero después se puede convertir en una conducta adictiva, en donde por estar viendo por varias horas las redes sociales, dormirnos más tarde o nos desvelamos o dejamos de interactuar con la familia".
Especialistas señalan que estas figuras generan curiosidad, alegría y orientación sobre diversas tendencias, y su audiencia toma en serio sus opiniones en la toma de decisiones.
Los influencers no son solo celebridades; sino que son percibidos como figuras con las que se puede empatizar y que comparten vidas personales, fomentando conexiones emocionales con sus seguidores.
Estadísticas oficiales indican que en 2024 el 91.2% de la población mexicana de 6 años o más, era usuaria de internet
Las redes sociales y personas que exponen su vida cotidiana se han posicionado como la segunda actividad más frecuente (91.5%), solo superada por la comunicación (93.3%), además son consideradas adictivas y poderosas que han logrado la imitación de conductas en donde algunas son gravemente nocivas.
Psicólogos advierten que las redes inducen una liberación de dopamina en el cerebro cada vez que se accede a ellas, es decir, los adolescentes están expuestos de manera constante al contenido de los influencers quienes llegan a imponer modas, actitudes, formas de ver la vida e incluso influir en el consumo de drogas, alcohol e inducir a retos que han cobrado incluso vidas.
"Se puede hacer adicto a casi cualquier cosa, siempre cuando esta se lleva a cabo en donde una persona, llega el punto en el que no pueda tener el control, sobrepone este límite y poder salirse de esta forma en la cual está generando esta conducta adictiva", expuso la psicóloga Cinthia Paola Serna Salgado.
En estas plataformas son expertos en crear vidas perfectas con imágenes y mensajes idealizados similares, que evitan la distinción de la realidad, por lo que impacta en la formación de la identidad de los jóvenes.
Ante ello, los padres de familia son los que deben estar pendientes del tiempo y del contenido que sus hijos e hijas consumen a través de internet, además de generar candados a páginas que pudieran impactar en la salud mental del menor.
"Hay que agarrar el toro por los cuernos como padres y en realidad informarnos de qué es lo que está viendo mi hijo, hasta dónde puedo dejarlo consumir ese contenido, si es bueno, si es malo y si es malo en realidad, hablar con ellos".