La doctora residente Guadalupe López Martínez denunció que un juez de control permitió que la jefa de servicio de Cirugía Maxilofacial del Centro de Alta Especialidad "Dr. Rafael Lucio", declarada culpable de violencia laboral en su contra, solo reparara el daño de manera económica y, a pesar de ello, continúe en el cargo.
Expuso que la resolución de la Fiscalía General del Estado acreditó con pruebas y testimonios la responsabilidad de la doctora Zeyda en el delito de violencia laboral, dentro del proceso penal 299/2025. Sin embargo, el juez de Control Eduardo Martínez López, del Juzgado de Proceso y Procedimiento Penal Oral del Décimoprimer Distrito Judicial de Xalapa con sede en Pacho Viejo, aceptó la propuesta de la agresora de entregar 10 mil pesos como indemnización.
"Fui víctima de acoso y hostigamiento por parte de la titular, quien me imponía castigos inhumanos. Lo denuncié en todas las instancias y me dieron la razón. El juez aceptó que me indemnizara con 10 mil pesos como reparación del daño. A mí no me interesa el dinero, yo pido justicia", declaró.
Mientras se desarrollaba el proceso, la residente fue reasignada por la Secretaría de Salud Federal a un hospital en Guerrero, pero en octubre debe reincorporarse al CAE, donde seguiría subordinada a su agresora. "A pesar de la denuncia, vinculación y sentencia, continúa en su cargo bajo la protección del director del CAE", lamentó.
Ante esta situación, hizo un llamado al secretario de Salud Federal, David Kershenobich Stalnikowitz; al secretario de Salud de Veracruz, Valentín Herrera Alarcón, y al director del CAE, Rafael Norberto Hernández Gómez, para que separen del cargo a la funcionaria. También exigió al Poder Judicial del Estado imponer una sanción ejemplar.
Pidió además la intervención de la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, a quien acusó de minimizar su caso. Relató que el secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, canalizó el asunto a la Secretaría de las Mujeres, instancia que únicamente le ofreció apoyo psicológico, pero sin pronunciarse sobre la violencia de la que fue víctima.