El gobierno de Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones a la red criminal conocida como Los Chapitos, una facción del cártel de Sinaloa, por su papel central en la producción y distribución ilegal de fentanilo
Esta medida, anunciada por el Departamento del Tesoro, busca frenar el flujo de drogas sintéticas hacia territorio estadounidense, un problema que ha generado una crisis de salud pública por el creciente número de sobredosis.
Como parte de la acción, se bloquearon todos los activos y propiedades de los miembros y empresas asociadas a Los Chapitos que se encuentren en Estados Unidos, y se exige que cualquier entidad estadounidense reporte estos bienes a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Además, se ha ofrecido una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que permita capturar o condenar a dos de los principales líderes de la red: Archivaldo Iván Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien fuera líder del cártel de Sinaloa.
Las autoridades estadounidenses sostienen que Los Chapitos han consolidado su poder en la organización criminal tras la detención de su padre, expandiendo sus operaciones en la fabricación de fentanilo
Según el comunicado oficial, los laboratorios bajo su control producen pastillas falsificadas que contienen esta sustancia, las cuales ingresan a Estados Unidos a través de sofisticadas rutas de tráfico.
La estrategia de Los Chapitos incluye el uso de empresas fachada y una red de socios en Mazatlán, Sinaloa, dedicada no solo al narcotráfico, sino también a actividades como la extorsión, el secuestro y el lavado de dinero.
El Departamento del Tesoro subrayó que esta acción es parte de una ofensiva más amplia contra los cárteles mexicanos, coordinada con la Administración para el Control de Drogas (DEA).
Desde el inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump, se han implementado nueve operativos similares para combatir tanto el tráfico de drogas como el de personas en la frontera sur