Rusia y Ucrania intensificaron sus ataques aéreos durante las primeras horas del martes con un intercambio de bombardeos de larga distancia que ocurre justo cuando ambos países mantienen contactos, por separado, con Estados Unidos en Abu Dabi para buscar un posible avance hacia el final negociado de la guerra.
Mientras las delegaciones intentan dialogar, la violencia vuelve a escalar en varias regiones.
En Kiev, al menos siete civiles murieron tras un ataque masivo de Rusia, que lanzó más de 460 drones y 22 misiles contra distintas zonas de Ucrania. Una vez más, las infraestructuras energéticas estuvieron entre los principales objetivos, lo que incrementa el riesgo de apagones y daños prolongados para la población.
El impacto no solo se quedó en territorio ucraniano: varios drones rusos cruzaron hacia Rumanía y Moldavia, lo que llevó a Moldavia a citar al embajador ruso para exigir explicaciones por la intrusión de seis drones.
Del lado ruso, las autoridades reportaron la muerte de tres civiles en la región de Rostov como resultado de un ataque ucraniano. Según el Estado Mayor de Ucrania, sus drones de larga distancia y misiles Neptuno alcanzaron una planta de reparación de aviones, una fábrica de drones, la terminal petrolera del puerto de Novorosíisk en el mar Negro y una refinería en la región de Krasnodar. Además, el Servicio de Seguridad de Ucrania aseguró haber impactado también un buque de desembarco en Novorosíisk.
Este cruce de ataques, uno de los más intensos de los últimos días, ocurre en paralelo a una nueva ronda de negociaciones en Abu Dabi. Ahí, emisarios del Kremlin y de Kiev sostienen reuniones por separado con Dan Driscoll, secretario del Ejército de Estados Unidos, quien busca acercar posiciones entre ambos países respecto al plan de paz presentado recientemente por la administración del presidente Donald Trump.

La primera versión del documento fue rechazada por Kiev, pero tras una reunión en Ginebra con funcionarios estadounidenses, Ucrania logró eliminar puntos que consideraba inaceptables, como retirar a sus tropas del territorio que todavía controla en Donetsk.
Rusia, sin embargo, afirmó que no aceptará las propuestas europeas añadidas a esta nueva versión, las cuales eliminan exigencias del plan original, entre ellas la cesión de todo el Donbás o la renuncia de Ucrania a entrar en la OTAN.
En medio de estas tensiones, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, acusó a la Unión Europea de intentar "socavar" los esfuerzos diplomáticos de Trump. Dijo que los países europeos "quieren rehacer el plan a su manera" y defendió el documento original, el cual, según él, se basa en lo acordado por Vladímir Putin y Donald Trump en su cumbre de agosto en Alaska. También calificó como una "quimera" la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron de desplegar tropas europeas en Ucrania al terminar la guerra.
Mientras las negociaciones siguen sin avances claros, la situación en el frente continúa deteriorándose para Ucrania. Rusia informó la toma de otra localidad cercana a Kostiantínivka, en Donetsk, y, según el medio ucraniano Ukrainska Pravda, Moscú ya controla gran parte de Pokrovsk, ciudad donde los combates llevan semanas y que estaría prácticamente perdida.
A la par del conflicto militar, Ucrania enfrenta un nuevo escándalo interno. En Kiev, un tribunal avanzó en el juicio sobre una trama de sobornos dentro de la empresa pública de energía atómica. La investigación de la Oficina Anticorrupción de Ucrania ha derivado en la renuncia de dos ministros y salpica a un antiguo socio del presidente Volodímir Zelenski. Se espera que más nombres aparezcan en las grabaciones filtradas, lo que aumenta la presión política en un momento crítico para el país.